Solo tiene 45 años, pero atesora 30 años de carrera, por lo que Etham Hawke se ha hecho acreedor a uno de los premios más prestigiosos a toda una trayectoria artística, el premio Donostia, que recibió ayer en San Sebastián. Hawke fue el gran ausente en la pasada edición del festival, pues no pudo acompañar a Alejandro Amenábar en la presentación del filme 'Regresión'. Este año, sin embargo, sí ha podido venir a nuestro país para presentar 'Los siete magníficos' y recoger el premio Donostia.
Ethan Hawke asegura en una entrevista a El País que la fama ya no le interesa, aunque le viene bien para pagar las facturas a fin de mes. "La actuación paga mis cuentas a inicios de mes. Y tengo muchos gastos. La manutención de mis dos hijos mayores a mi ex [la actriz Uma Thurman], el colegio de los dos pequeños, mis obras benéficas, la casa, qué sé yo... Acabas adquiriendo muchas responsabilidades, y son lo opuesto a la alegría de vivir. Y caes en la trampa de pensar en el arte como un hombre de negocios. Todo eso es mierda... excepto si quieres ser un hombre de negocios. Para el cine vale igual".
Hawke vivió una de las separaciones más tormentosas de Hollywood, y pese a que él asegura que su segunda esposa, Ryan, no tuvo nada que ver en el asunto, lo cierto es que Ryan era la niñera de los dos hijos que tuvo con Uma Thurman. "Mi primer matrimonio se desintegró debido a muchas presiones, ninguna de las cuales estaban conectadas remotamente a Ryan», declaró el actor en una ocasión. Claro que Uma no piensa lo mismo.
El actor, director y guionista confesó que le hubiera encantado conocer a su tío abuelo, el dramaturgo Tennesse Williams, autor de obras tan emblemáticas como 'Un tranvía llamado deseo' y 'La gata sobre el tejado de zinc', por las que recibió sendos premios Pullitzer. A Hawke le encanta escribir, un talento que quizá haya heredado de su pariente. "Me hubiera gustado mucho conocerlo. Mi abuela me hablaba mucho de él".