‘Cámbiame’ jugó hasta última hora con la posibilidad de que, en su programa final, se produjera un reencuentro. Nada de eso. Por allí no aportó ni Marta Torné, ni Manuel Zamorano, ni Klay, ni Moncho Moreno… ni tampoco Natalia Ferviú. A esas horas, a varios kilómetros de Mediaset, la estilista entraba en la sede de Los 40, en plena Gran Vía, para atender a su colaboración en Yu, donde habla de moda y tendencias. A través de las ondas, también tuvo unas palabras a sus ex compañeros.
“Hoy hay un tema más candente que las tendencias. Pero si no quieres hablar del elefante en la habitación…”, le decían con mucha sorna los conductores del espacio, Antonio Castelo e Iggy Rubín. Ella, que sabía perfectamente por dónde iban los tiros, se moría de la vergüenza. “¿Prefieres ‘CAMBIAR’ de tema? ¿No te da pena que se haya acabado ‘Cámbiame’?”, “a ver, yo me fui. He desconectado, y estoy a otras cosas, pero me da pena por el equipo porque ahí tengo grandes amigos”, “¿te da pena por la sociedad?”, “¡la sociedad elige qué quiere ver!”, en alusión a los malos resultados de audiencia que tuvo en su época final y que precipitó que la cadena no quisiera seguir contando con el espacio presentado por Carlota Corredera.
La salida de Natalia, de manera abrupta, marcó un antes y un después en el programa que no volvió a ser el mismo. Ella ha continuado en contacto, al menos vía redes sociales con Cristina Rodríguez con quien también tuvo sus más y sus menos, y a quien vimos apoyar hace solo unos días en su deseo de abrirse al mundo ‘youtuber’.
Uno de los gestos más aplaudidos en el final de ‘Sálvame’ fue cuando Pelayo mandó un beso a su amiga Natalia. Desde que discutieron en directo tras un cambio de Paloma, ambos no se han vuelto a dirigir la palabra y se han dejado de seguir en las redes como muestra digital del fin de su relación. Habían dejado de ser amigos de todas las vías posibles. Aún así, el asturiano no cierra la puerta a que, de nuevo, vuelvan a compartir risas y confidencias como acostumbraban al principio. Quizás Natalia también le esté tendiendo su mano con sus últimas palabras.