La que fuera una de nuestras modelos más internacionales, Esther Cañadas, está disfrutando, un año más, de sus vacaciones estivales en la isla de Ibiza, su destino favorito en estas fechas. Junto a su pequeña Galia Santina disfrutó de una jornada de sol, agua y playa, con la que se estuvo bañando en el Mediterráneo.
Como la madraza que es, tomó todas las medidas necesarias para que no le pasase nada ni dentro ni tampoco fuera del agua. Galia, que cumplirá tres añitos el próximo mes de diciembre, llevaba unos manguitos puestos, mientras que Eshter agarraba un gran flotador con el que jugar también en el agua. La niña, que es un pequeño torbellino de risas y, lució un bañador morado a juego con las gafas de la modelo.
Además de sol y refrescantes baños, Cañadas también jugó con la arena con su hija. Ella que es muy celosa de su intimidad no le gustó demasiado que le tomasen algunas fotos y llamó a un vigilante para evitar esa situación. Estuvo charlando durante unos minutos con ese miembro de seguridad, mientras se encontraba en una playa completamente pública.
A sus 40 años, Esther Cañadas luce una esbelta silueta, como demostró con un biquini floreado. Atrás quedaron sus problemas de salud, aquellos que le hicieron engordar muchos kilos, antes de tomar la decisión de ser madre de su pequeña. Ahora, vuelve a mostrar la buena forma física que siempre tuvo en sus mejores años como modelo. La de Albacete está encantada con su condición de madre y es que ha hecho realidad su sueño de tener un bebé. Esto la ha llevado a dejar a un lado su carrera profesional para centrarse en su faceta personal. Es una mujer muy feliz, que ha conseguido lo que se ha propuesto en la vida.
Su única asignatura pendiente parece ser la sentimental, pues no acaba de tener pareja estable. Estuvo casada en dos ocasiones, la primera con el modelo Mark Vanderloo, con el que apenas llegó a celebrar su primer año de boda y después con el piloto Sete Gibernau, con el que le ocurrió algo similar en el 2008. Después, estuvo comprometida con el magnate hotelero Vikram Chatwal con el que estuvo a punto de pasar por el altar, pero no lo hizo. Esta ha sido la última relación conocida de Esther Cañadas, quien ahora solo tiene un amor, su hija.