No hay nada como la tierra de uno cuando lo que se busca es descansar, esto lo sabe muy bien Paz Padilla que ha aprovechado los días de asueto que le ha dejado Sálvame para disfrutar de un fin de semana repleto de comidas familiares y bromas en la playa. Os contamos cómo han sido estos intensos días de la presentadora.
Paz Padilla se ha convertido en una experta en lo que a exprimir el tiempo libre se refiere. Si tú parpadeas el viernes por la tarde y cuando quieres dar cuenta ya te está sonando el despertador el lunes por la mañana; a ella le ha dado tiempo a terminar ‘Sálvame’ a las 9 de la noche y viajar de Madrid a Zahara de los Atunespara estar a tiempo de hincar el tenedor en la paella que con tanta maestría prepara su hermana Sole. Desde luego, Einstein tenía razón cuando decía que el tiempo es relativo.
Este verano, que le toca trabajar, Paz Padilla agradece estos fines de semana en su tierra en los que recarga pilas al lado de su gente. A las tardes en Sálvame, se le une la noche de los jueves, cuando presenta ‘La última cena’; y, además, por si esto no fuera suficiente, preparar su función teatral basada en su libro súper ventas. Necesitamos otro café.
Pero si pensáis que Paz Padilla recarga energía tumbada a la bartola, mirando la vida pasar, haciendo como máximo esfuerzo abrir una bolsa de patatas fritas, os equivocáis de nuevo. El domingo, y eso que era el día descansar, no paró: que si ahora le firmó un libro a este matrimonio tan agradable, ahora a esta madre y a esta hija, entre medias me remojo y gasto una broma a Xoan Viqueira, que también se ha bajado conmigo; oye, mira, que son las dos y tenemos mesa en el chiringuito, foto en grupo, ¡corre! Que Sole ya ha echado el arroz a la paella; y ahora una coreografía para Tik Tok. Pausa para que nos tomemos una bebida energética. No podemos más. Pero el ritmo de Padilla no para y tras hacer la digestión, visita a su tienda No Ni Ná y descubrir que está de bote en bote. Y vuelta a la playa a firmar ejemplares en su Feria del Libro improvisada. Y por la noche, más. Le faltan horas al días para llegar a todo lo que Paz necesita.
La mañana del lunes la ha empezado sin prisas y disfrutando de su casa en el sur. De la luz, de su patio y las plantas que tiene en él, del olor a salitre y de llevarse bien de energía positiva para Madrid, porque dentro de poco tocará regresar a la rutina.