Todo parece ir sobre ruedas entre Meghan Markle (36) y su familia política, tras aparecer junto a Harry (33) en la misa de Navidad de la familia real británica en Sandringham. En cambio, es su propia familia la que no deja de darle disgustos y hace presagiar que la actriz va a estar muy sola el día de su boda. Meghan solo tiene una persona de confianza, su madre, Doria, quien la crió a partir de los 6 años, tras el divorcio de sus padres. La novia de Harry parece que ha declarado a su círculo más íntimo de amigas que quiere saltarse la tradición y que sea Doria quien la acompañe al altar en la que será la boda del año, el 19 de mayo en el castillo de Windsor.
El padre de Meghan, Thomas (73), un hombre cuya extrema timidez se ha acentudado desde que su hija es la prometida de un ‘royal’, sigue en paradero desconocido en algún lugar de México, sin conocer a Harry y con pocos visos de reaparecer para la boda.
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