Llevaba mucho tiempo tratando de vender su casa. Rappel abría las puertas a Lecturas para enseñar todos los rincones de este espectacular ático situado en pleno barrio de Salamanca, en Madrid. Un apartamento decorado al detalle y del que el vidente se quería desprender. Tardó dos años en encontrar a los compradores ideales para un piso de estas características. Tras meses y meses esperando, cerró el trato en 2018 por 2,5 millones de euros.
Entonces, la situación para el vidente no era fácil. En 2016, incluso se animó a entrar en 'GH VIP' para mitigar su situación financiera. Pese a asegurar a Lecturas que no estaba arruinado, sí confesaba que tenía "hipotecas que pagar". Para él esto de comprar y vender casas no es solo una inversión, sino también su pasión. Adora reformar casas, especialmente decorarlas y llenarlas de piezas únicas, antigüedades que encuentra en sus viajes. Estos son sus pequeños tesoros.
Actualmente, Rappel ya no vive en ella. El vidente se trasladó a otro piso de menor tamaño pero igualmente abigarrada, conservando así la excesiva esencia de ese domicilio donde concedió tantas entrevistas. Se sitúa en la zona de Princesa. Allí, también recibe a sus clientes y clientas.
Rappel le guarda mucho cariño a este lujoso ático, que vendió por 2,5 millones de euros. Eso no evitó que quisiera venderla. Quería hacerlo para poder adquirir una casa impresionante en Marbella en la recibir a todas sus amistades.
Predilección por el verde y el estilo barroco
Además de lo evidente, que le apasiona el estilo más barroco, Rappel adora añadir notas de verde en su casa. Es uno de sus colores preferidos y se siente muy vinculado. Por eso no es raro verlo ni en paredes ni en tapices y alfombras. Además, cuenta una importante colección pictórica como mostró a Lecturas en el reportaje que se le realizó en 2016. Pese a que su casa está cuajada de objetos de arte, sus grandes tesoros son sus hijos, su nieto, sus dos perrillos y su pareja, de la que lleva 30 años enamorado.
Un dormitorio marcado por el color malva
Pese a su predilección por el verde, para su habitación prefiere un color menos energizante y que le transmita paz y serenidad. Gracias a esto, supimos que el malva le apacigua y tranquiliza, por tanto nada mejor que inundar la cama con este tono. “Me ayuda a descansar”, confesaba este amante de la colorterapia. Además, contaba con una virgen de forja para presidir su dormitorio, su rincón más íntimo de toda la casa. Era una de sus piezas preferidas.
El estudio, el lugar adecuado para echar las cartas
A la hora de decorar, Rappel lo tiene claro: huye del minimalismo más frío, y prefiere cargar su casa con recuerdos recopilados a lo largo de sus 72 años de vida. Parte de esos recuerdos estaban en el estudio. Aquí echaba las cartas. La vibración de este espacio era idónea para que él pudiera desempeñar ese trabajo que tan feliz le hace y del que no que no quiere oír hablar jubilarse.
La terraza, la verdadera joya de la corona
Para dar con la verdadera joya de la corona de la casa de Rappel había que salir fuera. La verdadera suerte de vivir en esta casa es tener un espacio así con solo cruzar una puerta. En el exterior se situaba una impresionante terraza de 1.500 metros, plagada de vegetación y con una separación para la piscina cubierta. Allí también tenía un pequeño saloncito para recibir amistades en un ambiente capaz de trasladar a uno al destino más exótico. Y todo, sin moverse de Madrid.
Tanta extensión tiene la terraza que Rappel organizó una fiesta para el bautizo de su nieto, a la que invitaron a 300 personas.
Para nadar en invierno y verano, y situada en el espacio dedicado a la terraza; Rappel tiene esta enorme piscina con lámpara de araña en el techo. Lo del Gran Gatsby, al lado del adivino, era cosa de aficinado.