Aunque Sara Carbonero (40 años) abandonó Corral de Almaguer (Toledo), su pueblo natal, siendo apenas una adolescente, lo cierto es que la periodista siempre ha sentido la necesidad de volver. No solo porque sus padres siguen residiendo allí, sino por esas ganas de rememorar recuerdos felices, pasear por sus calles y hacer que sus dos hijos presuman de pueblo con orgullo.
Allá por 2016, ya convertida en una presentadora de renombre y casada con Iker Casillas, Sara compró una casa propia muy cerca de la plaza mayor de la localidad. Una vivienda de 400 metros cuadrados divididos en dos pisos con amplios ventanales y un práctico garaje que reformó por completo hasta convertirla en su refugio.
Muy activa en redes sociales, donde acumula más de 3,5 millones de seguidores, Sara nos ha mostrado algunos de los rincones con más personalidad de su casa. Desde las escaleras con suelo de teja y pasamanos de madera, hasta el comedor donde los objetos vintage le dan ese toque especial y con historia a la estancia. La periodista apuesta por el minimalismo combinado con ese estilo rústico y clásico, perfecto para una casa de pueblo.
Ladrillo visto, mobiliario de madera, el cristal, colores neutros, los tejidos naturales e infinidad de plantas y flores hacen de la casa de Sara Carbonero un auténtico palacete ideal para desconectar del estrés de la ciudad y reunir a toda su familia y amigos. Sin duda, un lugar en el que alejarse del foco mediático tras su controvertida ruptura con Nacho Taboada.
El pasado martes se confirmaba la noticia de la separación de la pareja. Lo cierto es que su entorno más cercano negaba estos rumores y la polémica estaba servida. Por el momento no existe confirmación por ninguna de las partes, algo que tampoco se sabe si sucederá, puesto que la presentadora suele ser bastante reservada para los aspectos de su vida privada. Mientras tanto, disfruta de unos días en la playa antes de poder regresar a la localidad toledana que la vio nacer.
La profunda reflexión de Sara Carbonero desde su pueblo, Corral de Almaguer
Cada vez que viaja a su pueblo, una parada obligatoria es la casa de su abuela. Fue ese momento único el que llevó a la periodista a compartir una profunda reflexión con sus seguidores de Instagram.
"De todos los viajes que podemos hacer, el más intenso, profundo y necesario siempre será hacia nosotros mismos. Hacia esos sitios donde convergen pasado, presente y futuro. Donde se enredan y entrelazan en esa trenza imaginaria que atrapa el dolor. Ese dolor que, en ocasiones, sumado a todo el ruido que enfrentamos cada día no nos deja ver lo esencial", empieza escribiendo Sara.
La periodista recuerda que siempre hay que buscar la luz por pequeña que sea la grieta y, sobre todo, "tener paciencia" en el camino. "Es la aventura. Es la vida", exclama al tiempo que da las gracias a la vida a pesar de lo duro y cuesta arriba que, muchas veces, se le hace afrontar la realidad. "Gracias, vida, porque aunque estos años no me estás dando mucha tregua y me estás retando fuerte, el aprendizaje no sería el mismo sin tanta piedra en el camino ni mi nivel de conciencia tampoco. Aceptar, abrazar, transitar, no esquivar. Creo que nos vamos entendiendo", se despide.