Hace unos días que el mundo de la música se ponía de luto tras el fallecimiento de María Jiménez a los 73 años en en el hospital Infanta Luisa de Triana en Sevilla. Fue su hijo Alejandro en un comunicado emitido por Europa Press, el encargado de dar la noticia "con profunda tristeza y dolor". "Despedimos hoy a María Jimenez, mujer amada y respetada por su compromiso inquebrantable con su familia, amigos, y admiradores. Un espíritu indomable, una personalidad arrolladora, una mujer fuerte y valiente que luchó contra todas las adversidades más allá de lo imaginable", escribió.
La cantante fue desde su casa de Chiclana de la Frontera, Cádiz, donde vivía desde hace más de 20 años, al hospital, pero no volvió porque tuvo que quedarse ingresada. Esta vivienda en la que María estuvo viviendo desde 2003 era su refugio, un templo pintado en color azul klein con una sola planta y ubicado en la urbanización San Andrés Golf. Sin duda donde la artista se sentía más cómoda y feliz.
Así es la casa de María Jiménez
Gracias a una de sus últimas entrevistas en 'Mi casa es la tuya' junto a Bertín Osborne podemos ver cómo son todos esos rincones que a la artista de 'Se acabó' le hacían tan feliz. Con habitaciones pintadas de colores muy llamativos y con una decoración algo barroca y llena de adornos. Techos tapados por telas, paredes con arcos estilo árabe, sillas parecidas a las de la Feria de Abril de Sevilla y multitud de objetos, antigüedades y recuerdos de todo tipo que hacen parecer a cada estancia un museo. La fachada de la casa es azul klein y nos recuerda al color del Jardín Majorelle, el jardín de Yves Saint Laurent en Marrakech. El resto de la vivienda está llena de colores azul y amarillo. "Como el Cádiz", recordó Bertín Osborne del club de la tacita de plata.
Muebles de todo tipo, ángeles de colores, mariposas decorativas, altares con vírgenes, suelos de mármol en forma de collage, cortinas de encaje que hacen la función de puerta, mesas con azulejos de colores donde comer con sus seres queridos... Un sinfín de objetos muy llamativos y alegres que demostraban la forma de ser de María; una mujer de carácter, atrevida y con las cosas muy claras. La propia María reconoció orgullosa que era la artífice de cada rincón de su casa, que está plagada de recuerdos de su vida. "La he decorado yo", presumió delante de Bertín. Además, algunos de los gorros con plumas que llevó en la gira de su disco 'Donde más duele', con 12 letras de Joaquín Sabina, forman parte de la decoración del salón.Pero sin duda, la joya de la casa es el jardín. Un gran patio lleno de árboles, arbustos, césped, zonas llenas de plantas muy bien cuidadas y una gran piscina. Y es que el patio está lleno de rincones que invitan al descanso y donde a María le gustaba salir a tomar al aire. Un lugar de paz. "Ahora busco la paz", señaló.
Lo cierto es que a lo largo de los años María ha ido acomodando su casa a su antojo y gusto. En fotos de años atrás, cuando todavía estaba casada con Pepe Sancho, el chalet de la cantante era más sobrio y tenía colores más planos. Pero después de poner fin a su tormentosa relación, Jiménez hizo varias reformas, pintó y redecoró todo para olvidarse de una de las peores etapas de su vida.
"Esta es la casa más especial que yo he visitado, más que la de Rappel", le confesó Bertín Osborne a María Jiménez en 'Mi casa es la tuya'. De hecho, si eres uno de los espectadores que ha visto el programa, hay una virgen que decora una de las estancias de la casa y que apareció en una película. La cantante confesó que esa imagen formaba parte de la decoración de 'Nadie conoce a nadie', con Paz Vega y Eduardo Noriega.