Cristina Tárrega (57 años) lleva media vida siendo uno de los rostros más conocidos de la pequeña pantalla. Se inició en la pequeña pantalla en los años 90 en un programa taurino de Canal +. Esto fue antes de dar el gran salto a Telecinco con la italiana Raffaella Carrà en ‘En casa con Rafaella’. Desde aquello no ha dejado ni la televisión ni la radio, su otra gran pasión y fuente de ingresos. Ejerce como presentadora como colaboradora de diferentes formatos.
La valenciana ahora deleita al público con sus dotes de repostería en ‘Bake Off: famosos al horno’. Entre rodaje y rodaje, la destacada periodista se relaja en el moderno chalet de la cotizada zona madrileña de Somosaguas en el que vive junto a su marido, José María Quevedo, su hijo, Marco, y una ardilla, Mildred.
Se trata de una impresionante propiedad, situada en una lujosa urbanización en el municipio de Pozuelo de Alarcón, reformada en su totalidad en el año 2011 por el equipo del afamado arquitecto Joaquín Torres y su empresa A-cero. Lo convirtieron en el lugar soñado para la presentadora.
Fue curiosa la forma en la que adquirió la propiedad. "Yo tengo mi casa gracias al Cristo del Gran Poder, porque le pedí exactamente lo que quería y él me la concedió. Yo le dije que quería una casa en Somosaguas, donde eran intocables en ese momento. Al día siguiente de estar en Sevilla, vine a Madrid, sonó el teléfono y era mi amiga María. Me dijo '¿qué haces, Cris?'. Le dije: 'Estoy desesperada porque no encuentro donde yo quiero y son todas carísimas", decía en 'El show de Bertín' el pasado año.
"Entonces me dice, 'ayer tuvieron una bronca en casa de mis padres, fulanito con menganita, porque tienen una casa en Somosaguas y este está casado con la cuarta mujer, pero se había visto con la primera… Le ha dicho que tiene 48 horas para venderla'", añadío. Gracias a eso consiguió su casa más barata y en la zona en la que quería: "Me la vendió por menos de la mitad".
Con un extenso jardín y piscina de grandes dimensiones
Rodeada de un remanso de paz por la naturaleza que tiene, la vivienda cuenta con un jardín exterior y piscina de grandes dimensiones para que la presentadora y su familia disfruten de los días soleados. Es la zona en la que pasa la mayor parte de su tiempo para relajarse de su día a día en el trabajo. Además del garaje situado en la parte delantera, tiene un amplio porche cubierto con un espacio chill out donde reúne a sus amigos cerca de la gran puerta castellana de madera desde la que se accede al interior.
De arquitectura contemporánea y llena de luz solar gracias a sus grandes ventanales, la casa tiene una fachada que combina la piedra, el metal y el cristal. En el interior, todos los espacios son abiertos, otra muestra de la modernidad de su hogar. Respecto a la decoración de la casa fusiona piezas más tradicionales con otras más de actualidad gracias a los diferentes cuadros y láminas, además de las originales lámparas que tiene en las diferentes estancias de su hogar.
El salón es sin duda el gran protagonista. Con las paredes lisas pintadas de gris y con estructuras de escayola en el techo, la estancia está dotada de un gran cristal por el que penetra la luz natural.
Cristina Tárrega y su marido optaron por dos sofás de estilo moderno tapizados en un tejido metalizado, aportando calidez y sensación de lujo. Delante, una mesa auxiliar de forma cuadrada en cuya superficie se encuentran algunas de sus revistas y libros de cabecera. Como detalle llamativo cuenta además con otra mesilla en la que además de una lámpara hay un maniquí en miniatura con un vestido de plumas negro, tal y como reflejan las imáganes que ha mostrado a través de su cuenta de Instagram.
Para el dormitorio quiso que el blanco fuese el predominante tanto para el suelo como para las paredes, a excepción de una que cuenta con un papel pintado en gris oscuro. Sobre ella cuelgan dos grandes baldas de estilo moderno sobre las que tiene puestos algunos recuerdos familiares en forma de marcos de fotos y algún que otro elemento decorativo. También destacan las grandes lámparas de círculos. En el suelo llama la atención una amplia alfombra de pelo marrón chocolate.