Hace casi tres años de su paso por GH VIP, y anoche Kiko Rivera volvió a sentir qué supone entrar por la puerta de esa casa plagada de cámaras y que se rige por los mandatos de la audiencia, del Súper y del presentador. El DJ ha regresado al reality que abandonó en su edición de motu propio, y lo ha hecho en una situación muy diferente a la que tenía cuando entró en 2015: ahora está casado, muy enamorado, y tiene dos hijos, más una en camino.
Kiko ha regresado a Gudalix y no lo ha hecho solo. Le ha acompañado otros compañeros de programa, pero de ediciones anteriores. En concreto, han sido el subcampeón de la edición quinta y la ganadora de la sexta, Carlos Lozano y Alyson Eckman. Los tres entran en el concurso de convivencia para ‘sazonar’ la convivencia durante la prueba de ‘criados y señores’, todo un clásico en el reality.
Kiko, con todo el dolor de su corazón, dejaba el domingo a sus chicas en Sevilla. Irene y Ana no se perderán nada de lo que ocurra en la casa, para sentir que Rivera sigue con ellas. El matrimonio colgó una enternecedora foto en redes a modo de despedida. Kiko escribió lo siguiente: “Os voy a echar mucho de menos.... @irenerova24 y a mi hija. También a mi hijo mayor, amigos y resto de la familia”, mientras que ella hacía referencia al enorme regalo que le ha deparado la vida, “mi bonita familia”. Una familia que dentro de pocos meses aumentará su número con la llegada de otro miembro, Carlota, como ya han decidido que se llamará la niña, la segunda hija del matrimonio.
Será una semana dura al no poder comunicarse. Kiko, como todo concursante del reality, permanecerá aislado del exterior y esto incluye no recibir noticias de su familia. Las chicas llevarán mejor la ausencia viendo al ‘patriarca’ a través del canal 24 horas. Pero si se dedica a hacer lo mismo que hizo en la edición cuarta del reality, van a terminar aburriéndose y pasando a Boing para que la niña vea los dibujos…