Rocío Flores Carrasco es la millennial definitiva. A sus 20 años se ha convertido en una experta en un complicado arte de nuestro tiempo: el selfie.
Sabemos lo que nos vais a decir, que todo el mundo sabe sacarse una autofoto, pero no es verdad. No todo el mundo le tiene cogido el tranquillo a esta disciplina fotográfica. Ella está en un nivel muy avanzado, rollo Kim Kardashian pero post-adolescente. Algo que a los adultos nos parece imposible de conseguir, pero que en las nuevas generaciones parece venir por defecto en su código genético.
Las redes sociales de la mayor de los hijos de Rociíto están pobladas de fotos de ella. Ella sonriendo, ella seria, ella estudiando, ella con sus seres queridos… y claro, en este grupo no se encuentra su madre, a quien hace años que no ve, después de que decidiera que prefería vivir con su padre y Olga, la mujer de este.
A su lado, en muchas fotos, su querida hermana pequeña, que nació del matrimonio de su padre y Olga, la que considera una verdadera madre. También son protagonistas de sus instantáneas su tía Gloria, su padre u Olga, ellos son indispensables en la vida de la joven Ro, que lleva tatuada la palabra familia en hawaiano, pues representa uno de sus pilares fundamentales. Una palabra que hace tiempo dejó de incluir a su madre biológica.
Para que comprobéis el enorme potencial como ‘reina del selfie’ de Ro, os dejamos con una selección de sus actualizaciones más personales.