“Era imposible no echarse a llorar”. Kike Calleja estuvo en la misa por la memoria de María Teresa Campos y escuchó el discurso que Terelu Campos (58 años), con mimo, admiración y profundo cariño; había preparado para despedir a su madre. Un discurso tierno que recogía y ensalzaba la figura de una de las grandes damas del periodismo.
“Al final de sus palabras, dijo que Teresa seguramente esté entrando ahora en otro plató en el que alcanzará la gloria. Que eso será lo que esté haciendo allá donde esté”. Fue en ese momento en el que toda la iglesia se quebró y recordó la figura de esa María Teresa Campos profesional, que hizo historia del periodismo, que luchó hasta el final por mantenerse en activo, por proseguir en su trabajo; su gran pasión.
María Teresa Campos siempre dijo que no quería jubilarse, que le gustaba tanto la profesión que eligió con solo 15 años, que no podía imaginarse la vida sin poder trabajar en ella. Que si dejaba de estar en ella, no sería porque lo decidiera ella o los altos cargos, que mandaría la audiencia. Y la audiencia la quiso hasta el final; como se ha visto en su despedida. Las muestras de afecto han sido abrumadoras y esto ha hecho sentir profundamente agradecidas y conmovidas a sus hijas.
“Ha sido muy bonito”; repitió Alejandra Rubio a su salida tras la misa. “El discurso que ha dado mi madre ha sido precioso y se lo agradezco mucho”. Unas palabras, que, tal y como asegura Kike Calleja en ‘El programa del verano’, las pronunció sin trabarse y sin dejarse llevar por la emoción; siendo digna hija de su madre, quien siempre adoró leer en voz alta. Desde niña, tal y como María Teresa Campos recordaba siempre, adoraba pronunciar discursos y hacer lecturas en alto, y fue así como, poco a poco, perfeccionó una técnica que se acabaría convirtiendo en uno de los puntos fuertes de su profesión.
Terelu Campos y Carmen Borrego, agradecidas por el cariño de todos
Las hijas de la fallecida María Teresa Campos solo tienen palabras de agradecimiento por todo el cariño que les están mostrando, tanto a ellas como a su madre. La figura de la presentadora se ha puesto en valor y ha sido ensalzada como se merecía y ha recibido un adiós que la haría sentir orgullosa.
Desde que la salud de María Teresa Campos comenzó a decaer, Carmen Borrego y Terelu Campos no le soltaron la mano. Hace un año comenzó el deterioro físico de la periodista y sus hijas velaron para que estuviera bien atendida, tranquila y sintiéndose querida. Esas fueron sus prioridades. Restringieron las visitas, puesto que lo primordial entonces era el bienestar de la matriarca de las Campos, y algunos encuentros podían afectarla. “Ha sido un camino difícil y duro”, aseguraban, con lágrimas en los ojos, en su comparecencia ante la prensa.
“Terelu y Carmen están cansadas y agotadas”, decía Pepe del Real, quien ayer presenció cómo el médico geriatra de María Teresa Campos les enviaba un mensaje de pésame, pero, además, de enhorabuena por el estupendo trabajo que habían realizado cuidando a su progenitora. “Les decía que tenían que estar orgullosas de lo bien que habían cuidado a su madre durante estos últimos meses, algo que hizo que Terelu se rompiera y se pusiera a llorar”.