Sucede con las famosas un hecho muy curioso: embarazarse y aficionarse (más aún) a Instagram es todo uno. Parece que van de la mano estos dos momentos, y no se pueden dar el uno sin el otro.
Le ha ocurrido, por ejemplo, a Malena Costa. La joven, como buena ‘millennial’, es una nativa en esto de las redes, pero ha sido ponerse a crear vida y el número de sus fotografías ha ido en aumento de manera exponencial a su ensanchamiento de cintura. Y nosotros nos preguntamos ¿tendrá algo que ver?
Que vengan científicos de todo el mundo a estudiar el caso de Jaydy Michel y de Sara Carbonero, que están locas por la aplicación de los filtros y, sobre todo la primera, tiene un nuevo objetivo fotográfico en el que centrar toda su atención: su tripa. La verdad es que las barrigas de las embarazadas ejercen una atracción incomensurable que te lleva a querer acariciarla, aunque sabes que estás sobrepasando cualquier límite social aceptado. Así que, imaginamos, que con las fotos ocurre lo mismo. Todo el rato, el objetivo de la cámara del móvil se dirige al mismo sitio: tu nuevo centro de gravedad. Mira, que se ahorren el viaje los científicos, que acabamos de dar con la tecla. O mejor, que inviertan el tiempo que iban a dedicar a esto en otra cosa, como por ejemplo ¿qué factores tendrían que entrar en juego para que los Matamoros volvieran a ser una familia más feliz que la Tribu de los Brady?