Así son Eloísa y Elia, las discretas hijas de Julián Muñoz que le perdonaron todo y que le han acompañado hasta su muerte

Eloísa y Elia son las dos hijas de Julián Muñoz con su exmujer, Mayte Zaldívar. A pesar de toda la polémica y escándalo que ha perseguido a su padre, ambas lograron perdonarle todo y le han acompañado en sus últimos momentos

Jara Bravo
Jara Bravo

Redactora digital de Lecturas

Elia y Eloísa
GTRES

Julián Muñoz ha fallecido este martes a los 76 años. Tras unos meses de ingresos constantes, el estado de salud del exalcalde de Marbella se volvía muy delicado tras su entrevista en '¡De Viernes!'. Era el fin de semana pasado cuando se informó de que había vuelto a entrar en el Hospital Internacional de Marbella. Aunque al principio Mayte y su familia mantenían la esperanza, poco a poco han ido haciendo declaraciones que indicaban que el final del exedil estaba cerca. "Se está apagando...", decía Mayte, desolada. Finalmente, el corazón del Julián ha dejado de latir. Una perdida muy triste y dolorosa para sus amigos y familiares, entre los que se encuentran sus hijas Elia y Eloísa.

Sus dos hijas siempre han sido la piedra angular en la que se sostenía su padre. A pesar de la polémica que le rodeó siempre y de lo que podrían considerarse como malas decisiones, Elia y Eloísa lograron perdonarle todo a su padre y se convirtieron en su mayor apoyo en algunos de los momentos más complicados de su vida.

Julián Muñoz
GTRES

La relación de las dos con Julián siempre fue excelente. Por un lado, Elia llegó para culminar el amor que sentían Mayte Zaldívar y Julián tras muchos años de relación y se convirtió en la alegría de la casa. Cuando los tiempos se complicaron, ella fue la que defendió a Mayte durante su paso por 'Supervivientes 2018'. Sobre su vida personal, se supo que tuvo que cerrar su negocio y que empezó a trabajar con su madre en el Mercado Municipal de Marbella. Allí cuentan con ‘El Puesto 85’, donde se pueden degustar productos gourmet para disfrutar en casa.

Por otro lado, Eloísa era fruto de una relación anterior de Mayte con Juan José Nuñoz, un profesor de autoescuela. A pesar de no ser su hija biológica, Julián las trató a ambas por igual y se convirtió en el mejor padre que habrían podido desear. De las dos hijas, ha sido la más discreta. De hecho, solo se sabe que está casada, tiene dos hijos y trabaja como administrativa en el Ayuntamiento de Marbella desde hace dos décadas, tal como informa 'Telecinco'.

Julián Muñoz y sus hijas se reconciliaron tras su romance con Isabel Pantoja

A pesar de esta buena relación, hubo un hecho que marcó un antes y un después en la vida de Julián Muñoz y sus hijas: el inicio de su romance con Isabel Pantoja. El hecho de que el entonces alcalde de Marbella empezara una relación con la cantante cuando aún estaba casado con su madre fue demasiado para Eloísa y Elia que se posicionaron a favor de su madre. Mientras la historia de amor de Muñoz y Pantoja crecía cada vez más y parecía que eran perfectos el uno para el otro, el vínculo del exedil con sus hijas quedó totalmente roto. 

No obstante, la vida volvió a dar un giro radical que puso fin a su distanciamiento: Julián Muñoz ingresó en prisión tras ser acusado de prevaricación urbanística, malversación de fondos públicos y otros delitos de corrupción. Por delante le esperaban 20 años de cárcel aunque solo acabaría cumpliendo 5 años y 2 meses por su delicada salud. Esto enfrió la relación de Julián con Isabel Pantoja hasta que ella misma reconoció en 2009 que su noviazgo había finalizado. 

Fue esto lo que marcó un punto de inflexión para Elia y Eloísa, que empezaron a acercarse a su padre. Llamadas y visitas a la cárcel fueron los primeros pasos para recuperar un vínculo que nunca se debió romper. Poco a poco, el arrepentimiento de Muñoz y el paso del tiempo (que lo cura todo) hizo que padre e hijas lograran volver a mantener una relación afectuosa y cercana. Algo que ha quedado más que claro en las últimas semanas cuando el estado de salud de Julián Muñoz ha sido tan delicado. Elia y Eloísa no se han separado de su progenitor, apoyándolo y arropándolo hasta que expiró su último aliento de vida.