La guerra entre Elena Tablada y David Bisbal está más viva que nunca desde que la madre de David saliera a la palestra a defender a su hijo de las durísimas declaraciones que ha vertido la diseñadora contra él. El cantante, que vive con desesperación esta tensa situación, se desmoronó en la gala contra el sida, el pasado día 19 en Barcelona, y se dirigió a la prensa como nunca antes lo había hecho: “Habéis engañado a mi madre, una persona mayor que no está al cien por cien, porque todo este tipo de cosas le afectan, eso no está bien”.
Elena ha atacado al padre de su hija con declaraciones que han hecho mucho daño a David:“Yo he permitido de todo. Hasta que el padre de mi hija dijo una barbaridad tan grande como que comercializo con mi hija, que es lo más lamentable que puede decir alguien, sabiendo que es mentira”. La familia de Bisbal está indignada, y la matriarca, María Ferre, ha respondido firme. No comprende por qué ataca así a su hijo siete años después de su separación, cuando ha rehecho su vida con Javier Ungría: “No sé qué sentido tiene ahora esto, porque la niña ya va para mayor y eso no le viene bien. Si ella ya se ha casado. ¿Qué necesidad tendrá?”. Lecturas tiene la respuesta. Los motivos que han empujado a Tablada a iniciar esta agria polémica son económicos. Según hemos podido saber en exclusiva, Elena está embargada, monetariamente estrangulada por una cuantiosa deuda. No le ha quedado más remedio que hacer explosivas afirmaciones contra Bisbal, en un angustioso intento por solventar sus graves problemas financieros. Según la documentación que llega a nuestra redacción, sobre Elena Tablada pesan dos embargos por un valor total de 64.407,59 euros.
La diseñadora no puede tener un sueldo sin que sea confiscado, ni bienes sin que sean puestos a disposición de la justicia, hasta que la cantidad que adeuda sea satisfecha. Una empresa editorial le reclama esta cifra tras perder una demanda hace más de una década. La deuda aumenta día a día y los intereses crecen. El juzgado de primera instancia número 2 de Alcobendas ordena el cumplimiento de pago forzoso. Como Elena no abona, ordena a las empresas que puedan contratarla a consignar su sueldo en una cuenta judicial hasta satisfacer la cifra de 21.612,23 euros: 16.632,23 euros de principal, más 4.980 de intereses y costas. Su nudo financiero se enredó aún más el 10 de octubre. Otro documento, esta vez del juzgado de primera instancia número 1 de Alcobendas, grava a Tablada con 42.805,26 euros, 21.402,68 de principal y una cifra similar por intereses y costas.
Su situación empresarial tampoco es boyante. Elena fue administradora mancomunada de la sociedad Etna&Chris, dedicada al comercio de ropa y cesó su actividad tras ser extinguida, en octubre de 2016. Actualmente es administradora única de la empresa Etna Desing S.L, que no presenta cuentas desde 2013, año que cerró con pérdidas de 7.763,37 euros. En el Registro de la Propiedad tampoco consta ninguna propiedad a su nombre.
Lo que peor ha encajado David son las declaraciones de su ex sobre el nacimiento de su hija: “Cuando descubrí que estaba embarazada no sabía cómo decírselo, su reacción y la de su entorno no me gustó. En mi embarazo, si no llega a ser por mi hermana, hubiese estado completamente sola. Él estaba de gira o viajando. Mi parto creo que fue el momento en el que más sola me he sentido en mi vida”.
La familia de David recibió estas acusaciones con gran dolor, tanto que la madre del cantante ha hablado por primera vez en años: “Ha mentido, David estaba de promoción cuando Elena se quedó embarazada y ella no trabajaba. Se fue a Miami porque quiso. Yo fui a Miami cuando la niña nació. Y a mi hijo le pusieron una cama al lado de Elena. Mi hijo abrazado a mí y yo con la mano de Elena, que estaba en la cama”. María ha dejado claro lo que el clan Bisbal piensa en realidad sobre Elena: “Creíamos que había cambiado, que había madurado. ¡Madre mía! Si ha sido una cabra loca. ¿Se habla algo de la hermana de Elena? La hermana está siempre en su sitio. Tiene otra categoría. A Elena y a su madre les gusta estar saliendo hasta en la sopa”. La reconciliación parece imposible