Elena Tablada (43 años) y Javier Ungría (43 años) parecen no enterrar el hacha de guerra. Unidos por una hija en común, la expareja ha estado muchos meses de litigios por la custodia de Camila, quien se encuentra en medio de una disputa que no parece tener fin. La diseñadora y el empresario no estaban de acuerdo en cómo se habían repartido los días con la pequeña, por lo que el exsuperviviente decidió comenzar una batalla legal que finalmente ganó su exmujer.
"Por cada catorce días Elena tiene a la niña ocho y Javier seis, a eso le han llamado custodia total, pero lo que Javier quería era tenerla siete cada uno", explicó Kiti Gordillo en 'Fiesta' para aclarar cómo era la custodia. Y es que muchos aseguraban que lo que había conseguido Tablada era la totalidad de la misma. "Él no quiere que la gente crea que por decir 'custodia total' se le vea como un perdedor y como alguien que no ve a su hija", añadió la colaboradora.
"Es una pena haber tenido que llegar hasta aquí, pero gracias a Dios hemos llegado al fin y la única victoriosa aquí será Camila y por consiguiente su hermana", dijo Tablada en la revista 'Semana', muy apenada con haber pasado por esta situación judicial que no beneficiaba a nadie. De hecho, la que fuera concursante de 'Bailando con las estrellas' añadió en el citado medio que "nunca se alcanza la felicidad completa" con un juicio como este, juicio en el que se ha llegado a fijar "una manutención mínima".
Y cuando todo parecía que se había calmado, Elena concedió una de las entrevistas más duras de su vida en 'Me quedo conmigo'. Junto a una terapeuta, la diseñadora reveló el motivo de la ruptura con Javier, al que acusó de hablar mal de la hija que ella tuvo primero con David Bisbal. "Tenemos que hablar. Nunca más voy a hacer un viaje con Ella, le he cogido manía. Hay cosas que hace que no aguanto y hay cosas que no hace que no aguanto también", le dijo el empresario a Tablada. Unas palabras con las que ella tomó la decisión de decir "hasta aquí". No quería pasar porque ninguna de sus hijas sufriera.
"No he llorado mucho por él, lloré por mí porque estuve mucho tiempo obligándome a que funcionase. No fue una pérdida de tiempo porque tuvimos a Camila, pero me hizo mucho daño que yo tolerase que se repitiera la relación de mi padre conmigo y mi hija Ella. Mis inseguridades me las creó él. Toleré muchas cosas por no tener un fracaso o un escándalo. De entrada era mi alma gemela, parecía perfecto, muy caballero. Cuando me tuvo amarrada salió la verdad", añadió Elena sobre la relación con Javier, quien este pasado fin de semana ha concedido otra entrevista en '¡De Viernes!' para aclarar todas estas disputas.
"La relación con su hija mayor fue un poco complicada por temas naturales. Al final yo llegaba a una casa donde desplazaba un poco a la niña, en cierto aspecto, y le quitaba atención de su madre", comenzó diciendo Javier sobre Ella, la primogénita de Tablada con David Bisbal. Y es que según el empresario los problemas que tuvo con su exmujer eran cotidianos, por lo que cree que le está sacando punta a todo. De hecho, a Ungría le duele que la empresaria diga que no es "adecuado" para su otra hija y admite que es mucho más "estricto y serio" que ella: "Me gustan los modales y Elena no es tanto así".
El desafío de Elena Tablada a Ungría
A pesar de no haber visto su entrevista en Telecinco, Elena tiene muy claro su pensamiento sobre Javier, al que ha hecho una inesperada petición. Un desafío inesperado que a todos los comunicadores del papel couché nos encantaría que el empresario aceptase. "No lo he visto, pero es muy valiente sabiendo la verdad decir todo lo que ha dicho. Me parece poca decencia sentarte a hablar de una hija que ni siquiera es tuya. Me encantaría sentarme con él, a ver si puedo. Eso sería un gran sueño para mí poder quitar ya las caretas y frenar esto de una vez", ha dicho Tablada en Europa Press sobre un posible cara a cara.
Muy enfadada con los comentarios de Javier, la diseñadora ha asegurado que ella sí ponía límites y que para "poner normas en casa hay que estar en casa". Unas declaraciones con las que hace hincapié en que Ungría era un padre ausente. "Si tengo la oportunidad de sentarme con Javier, que me encantaría hacerlo, ya todo se verá porque no hay nada más claro en la vida que tener pruebas. De todas maneras, he aprendido con los años que hay que darle la importancia a las cosas que tienen y Javier desde luego no tiene ninguna importancia", ha concluido tajante.