Una de las primeras cosas que Elena Furiase pidió, cuando se hizo público su embarazo, fue que deseaba llevarlo con mucha tranquilidad. Pues tan apacible parece que está siendo que la tiene durmiéndose por las esquinas.
Con mucho más sueño que de costumbre, Elena encara esta nueva aventura vital. Pero su caso no es nada raro, de hecho es un síntoma de lo más habitual. Lamentamos informarle que puede que la cosa no mejore ¡sino que vaya a peor! Puede que se pase los próximos meses sintiendo que le ha picado la mosca tse-tse, advertida queda.
Los primeros antojitos también han hecho aparición. Elena ha colgado unos stories de ella cocinando en la cocina de la casa familiar. Furiase parece estar guisando para ella y más comensales, quizás su madre (ese apoyo tan importante), su hermano o con Gonzalo, el padre del bebé que espera. No quiso dar más pistas. Ante ella una importante sartén hasta arriba de carne picada, y, sobre la tabla de madera esperando a ser juntada con la proteína animal, cebolla y pimiento verde cortado en juliana. Elena estaba preparando un apetitoso almuerzo, y tras la paliza entre fogones se sentía cansadísima. Normal, ejercer de anfitrión es agotador, ya esté una embarazada o sin estarlo. Es normal que ella, nada más terminar el banquete, no pudiera resistirse a la siesta, por mucho filtro del ‘perrito’ que quisiera usar para evitar caer en las redes de Morfeo.