Ángel Nieto nunca ha querido que sus hijos se dedicaran a su oficio. Las motos solo eran para papá, y ellos debían dedicarse a otra cosa. Quien no hizo caso a esta leyenda viva de los circuitos de motociclismo fue su sobrino, Fonsi. A él no pudo quitarle de la cabeza la idea de velocidad, y a punto estuvo de ser su heredero natural en las pistas, pero no contaron con que algo se cruzaría en su camino: la fama.
Aprovechando la comida distendida con Bertín en ‘Mi casa es la tuya’, Ángel le dio un tirón de orejas a su sobrino. “Este (por Fonsi) metió la pata. Este podría haber sido campeón del mundo, podía tener en su casa uno o dos títulos mundiales… pero el año que consiguió el subcampeonato se hizo muy famoso y se relajó”. El padre de Lucas se reía, y trataba de excusarse, “Aprilia también tuvo mucho que ver. Ese año nos robaron el Mundial”, “sí, pero tú también participaste en el robo”. Ángel llegó a reconocer que hasta dejó de usa según qué transportes hastiado de que siempre le hablaran de lo mismo, “llegó un momento en que dejé de coger taxis, porque todos los taxistas me preguntaban por él”.
Fonsi se convirtió en una estrella de las motos, pero también del papel cuché. Sus romances con Elsa Pataky, Ariadne Artiles o Alba Carrillo, lo convirtieron en el objetivo de la prensa deportiva, pero también de la crónica rosa. Su tío cree que entrar en este circuito del ‘famoseo’, le perjudicó más que beneficiarle.
Otro de los momentos más curiosos de la entrevista tuvo lugar cuando Nieto descubrió de donde nace su fobia con el número 13, que le aterroriza y procura ni mencionarlo, refiriéndose a él como 12+1. Esta superstición viene dada porque un día 13 tuvo un nefasto accidente, “el más dramático de mi vida”. “El 1 con el 3 no me gusta nada y tengo mis motivos. Tuve un accidente en Benidorm, un domingo que era el 1 con el 3, con tan mala suerte que en plena recta me quede sin freno delantero… es la única vez que me he tirado de una moto porque vi que me hacía mucho daño. Con mi propia pierna le partí la tibia a un operario y la moto se fue hacía la gente, a un hombre le tuvieron que amputar la pierna, otro estuvo muy grave… lo pasé fatal. Es el accidente más desagradable que he tenido en mi vida”. Así que, ese fatídico día no solo cambió su vida, sino también la de mucha gente que estaba en ese circuito. Por él y todos ellos, borró el número de su lenguaje.