¿Entienden ustedes a John Travolta? No nos referimos a su carrera en el cine -que a veces también es difícil de comprender- o a su devoción por la Cienciología, sino más bien a sus decisiones estéticas. Esta semana veíamos como el actor compartía una fotografía a altas horas de la madrugada entrenando en el gimnasio -si se preguntan qué hacía en lugar de estar durmiendo, les diremos que Travolta ha declarado que va a esas horas al gimnasio por sus hijos, que es una excusa como cualquier otra- y cuál era nuestra sorpresa al comprobar que ¡no tenía pelo! El actor sonreía con una más que incipiente calvicie sin darle mayor importancia. Pero era todo fachada. A los pocos días, aparecía de nuevo en una alfombra roja con una frondosa y voluminosa cabellera. ¿Qué está pasando? Si Travolta no quería que supiéramos -como si no lo tuviéramos claro de entrada- que ya no es aquel jovencito con tupé de 'Grease', ¿para qué se hizo una fotografía sin peluca? Y tras ese incidente, ¿para que volvió a ponérsela como si no hubiese pasado nada? No lo entendemos.
Más lógica es la postura de Zinedine Zidane, que ha declarado que a su mujer le gusta que esté calvo. Y es que los hombres con poco pelo son todo un fetiche sexual. ¿Para qué ocultar algo evidente cuando se le puede sacar todo el provecho del mundo? Los calvos están de moda. Ya estamos cansados de ver tanto pelazo, tanta melena, tanta coleta encrespada. Ahora lo que se lleva es un hombre rapado con una buena barba. Esa es la huella que nos han dejado los 'hipsters' en la sociedad y tan sólo por eso debemos agradecérselo. Si comparamos al sexy Zidane con el extraño Travolta -aún creerá el actor que no nos habíamos dado cuenta de que llevaba peluca-, ¿con quién se quedan? La respuesta, a no ser que les gusten los hombres tirando a artificiales, es evidente. ¡Vivan los calvos!
Debemos desterrar de nuestro pensamiento la idea de que la pérdida de pelo es sinónimo de decrepitud. Tan sólo se trata de un capricho de la naturaleza, que puede hacernos poca gracia cuando empieza a pasar -a cualquier edad-, pero al que tenemos que sacarle provecho a la mínima de cambio. Y no será por referentes en el 'show business'. Hay decenas de famosos con poco pelo que copan las listas de los más sexies del momento. Celebrities que han aceptado que nunca van a tener pelazo -a no ser que pasen por quirófano- y viven orgullosos con su calvicie. Basta ya de tiranías estéticas. La naturaleza es así y así debemos aceptarla. ¿No se lo acaban de creer? ¿Continúan pensando que un buen bisoñé es la solución a todos sus problemas? Pues aquí tienen unos cuantos ejemplos que les harán cambiar de idea.