Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS
Kate Middleton lució el miércoles, durante una visita a una fábrica de cerámica y a un centro infantil, un nuevo peinado, un semirecogido con algo de volumen y puntas onduladas. Este hecho no habría tenido mayor trascendencia si no fuera por lo que pretendía ocultar: las canas de la duquesa de Cambridge. Ella y su estilista habrían pensado que un buen truco para disimular los cabellos grises era este peinado, pero, al final, terminó siendo peor el remedio, ya que quedaron expuestas todas las canas que tanto se habría preocupado en disimular.
Kate, que está en su séptimo mes de embarazo, sería una de esas mujeres que prefieren no teñirse el cabello durante la gestación del pequeño. Los expertos no desaconsejan esta práctica siempre que se lean bien los ingredientes del producto y se esté cien por cien seguro de que los químicos no van a dañar ni a la madre, ni por supuesto al niño. Con el embarazo, el cuerpo de la mujer vive un incesante cambio hormonal lo que provoca que piel y pelo se vean profundamente alterados. Muchas prefieren pasar estos nueve meses sin usar según qué productos ya que saben que ahora pueden resultar más irritantes.
Kate Middleton podría estar esperando por tanto a que naciera su segundo hijo para volverse a poner en manos de su colorista, el mismo que ha diseñado para ella ese tono avellana-chocolate que tan bien le sienta.
Pero ella no es el único caso de mujer que prefiere aplazar los tintes, los pintauñas y otros productos mientras dura el embarazo. Muchas futuras madres tienen miedo a la toxicidad de algunos ingredientes que llevan estos productos y optan, durante estos nueve meses, por las versiones naturales de ellos. Apostando por una nueva forma de entender la cosmética, mucho más respetuosa con el organismo.
Con lo coqueta que es Kate, no nos extrañaría que una de sus primeras salidas tras dar a luz sea al salón de belleza de Rossano Ferretti, donde se ha hecho tratamientos de acondicionamiento de su preciosa cabellera por valor de más de 700 euros.