En qué hora se les ocurrió a los guionistas de 'GH VIP' que lo que necesitaban los concursantes de la casa era celebrar el Día del Padre… Por un lado tenemos a Carlos Lozano llorando a moco tendido por la carta de su hija y por otra a Laura Matamoros que tira de hincado a su progenitor.
Carlos recibió una carta de su amada hija que todavía no sabemos si le sentó muy bien o muy mal. Porque en la misiva todo se desarrollaba con normalidad (“ánimo papá, lo estás haciendo muy bien, eres nuestro ganador”) hasta que llegaba a un punto: “no hagas nada de lo que te puedas arrepentir”. ¿Cómo? Entonces las palabras que habían sido como un bálsamo para el alma de Lozano se le volvieron de repente amargas. “Esto sé que te lo ha dicho mamá”, contestaba él, y le decía que ya era mayor para entender que él no había hecho nada malo y que se había separado de su madre porque no estaban enamorados, y le deseaba que algún día ella pudiera querer tanto a una persona como él quiere a Míriam (su novia veinteañera, que lloraba desconsolada desde el plató). También les dijo que trataran bien a la joven, que era una buena chica. ¿Qué le parecerán los rumores que aseguran que la joven lleva más de un mes saliendo con otro presentador de la televisión peruana? ¿Les dará el más mínimo crédito?
Por su parte, el Día del Padre fue especialmente amargo para Laura, que aseguró que en su hogar esa fiesta no se celebra. Aún así, quiso mandar un mensaje a Kiko, deseándole que lo pasara muy bien “con su nueva familia” y en su “estupenda casa”. “Demasiado que lo felicito…”. Hasta que no llegue el día de Perdona a tu familiar más cercano, la Matamoros se abstiene de celebrar nada.
También tuvieron detalles de parte de sus hijos e hijas Rappel y Alejandro, que se emocionó visiblemente al recibir un dibujo de su “niño chico”, su “gorrión”. Es evidente que el Míster ha luchado mucho por el pequeño y es lo que más echa de menos.
Por cierto, ¿queréis saber qué fue lo que Diego pasó a Laura en la visita de los familiares?... ¡Unas chuches! El hermano mayor le entregó dos gominolas con forma de sandía, las preferidas de Laura, que vio que estaba en la sala de espera para los visitantes.