Nada más llegar a Miami, los ocho colaboradores de ‘Sálvame’ que ahora protagonizan el reality ‘¡Sálvese quien pueda!’, estrenado hace unos días en Netflix, descubrieron que tendrían la posibilidad de pasar un día trabajando en un conocido programa de entretenimiento de Univisión. La encargada de darles la noticia fue Laura Zapata (67 años), a la que prácticamente ninguno de ellos conocía, pese a tratarse de una de las actrices más populares de Latinoamérica.
Una de las pocas que sí estaba al tanto de su existencia era Lydia Lozano, que metió la pata (una vez más, sí) al mandar recuerdos para Thalía, su medio hermana menor, con la que Zapata nunca ha mantenido una buena relación. "Ser familia o tener sangre no significa que seamos las que más nos amamos, nos cuidamos y nos respetamos. Considero que una hermandad se va haciendo y construyendo en la vida", señaló la mexicana frente a la cámara.
El origen del conflicto entre ambas es un episodio traumático que su hermana Ernestina Sodi y ella experimentaron en septiembre de 2002, fecha en la que fueron secuestradas en la capital mexicana poco después de salir del teatro donde Zapata interpretaba un papel en la obra ‘La casa de Bernarda Alba’. “Todo duró 45 días para las dos”, explicó al respecto. “Yo salí antes, pero salí a negociar su vida. Ellos estaban pidiendo cinco millones de dólares al esposo de Thalia [el productor Tommy Mottola]”.
Algunos medios publicaron que Mottola, entonces presidente de Sony Music, llegó a contratar a especialistas estadounidenses en secuestros para negociar con los presuntos captores la liberación de las hermanas. Sin embargo, Zapata ha explicado que la única persona que llegó a mandar un sobre con dinero fue la conocida productora de Tv Azteca Elisa Salinas. Sea como fuere, el desenlace del rapto fue un punto de inflexión en la relación que la actriz tenía con la intérprete de 'Amor a la mexicana'.
La importancia de su abuela Eva
En más de una ocasión, Zapata ha hablado públicamente de la dura infancia que sufrió por el rechazo de su madre, Yolanda Miranda, quien se separó de su padre cuando ella era un bebé y luego se casó con el criminólogo Ernesto Sodi, con el que tuvo cuatro hijas: Thalía, Federica, Ernestina y Gabriela. “Mi madre se casó con un hombre que no me quiso nunca”, confesó una vez Zapata, que ha descrito a su padrastro como “un hombre alcohólico que era muy exigente, un agresivo y un lunático”.
La protagonista del docurreality ‘Siempre reinas’ tenía apenas tres años cuando quedó al cuidado de su abuela Eva Mange, lo que para ella fue “un regalo de la vida”, porque “viví como hija única, querida, amada, protegida y mimada. Hasta que se cambiaron los papeles, mi abuela siempre me acompañó, siempre fue como mi mamá”. Zapata devolvería luego el cariño haciéndose cargo de Mange, con la que vivió en México hasta que la susodicha falleció, en junio de 2022, a los 104 años de edad.
Parece ser que Thalía se disgustó mucho cuando su medio hermana decidió presentar en Ciudad de México una obra de teatro, 'Cautivas', donde compartía con el público todo lo que vivió y sintió durante los días en que estuvo privada de libertad. "[Mis hermanas] Me dijeron que cómo me atrevía, 'es que no queremos que pongan nuestros nombres’", apuntó Zapata. "Ahí empezó un quiebre muy fuerte, porque, además, mi mamá se puso del lado de ellas".
Como en todos los conflictos familiares, siempre hay personas que, lejos de mediar para intentar calmar los ánimos, echan un poco de leña al fuego en cuanto tienen ocasión. Es el caso de la presentadora mexicana Yolanda Andrade, buena amiga de Thalía, que comentó públicamente que Zapata vivía de la fama de su hermana.
Sus palabras enfadaron bastante a la actriz, que, en honor a la verdad, lleva varias décadas triunfando por sus papeles (principalmente de villana) en telenovelas como 'Rosa salvaje' (1987), 'Pobre niña rica' (1995) o 'La gata' (2014). En algunas de ellas, como por ejemplo 'María Mercedes' (1992), compartió créditos con Thalía, que dejaría a un lado su carrera actoral tras casarse en el año 2000 con Mottola, quien antes de salir con ella estuvo casado durante cuatro años con Mariah Carey.
Dos hijos y un divorcio
La estrella de la televisión suele comentar que su carácter tiene poco que ver con el de todas esas icónicas arpías a las que ha encarnado en la pantalla. También ha relatado que, antes de empezar a rodar series, se formó como bailarina y hasta estudió para ser maestra de Educación Física: “Mi abuelita quería que tuviera una educación más segura para mí que ser actriz. Como soy muy deportista, competía en natación y casi llego a unos Juegos Panamericanos nadando”.
En lo que respecta a su vida sentimental, se sabe que durante algo más de un lustro estuvo casada con Juan Eduardo Sodi. El mexicano es primo hermano de sus hermanas aunque, curiosamente, Zapata lo conoció en una comida celebrada en casa de su amiga la actriz Pilar Pellicer. Con él tuvo a sus dos hijos, Claudio, que trabaja como director de cine, y Patricio, que es ingeniero industrial, a los que ella define como “los amores” de su vida.
“Yo creo que la maternidad es el compromiso más importante que he adquirido en esta vida, y antes de que mis hijos nacieran yo sabía que quería ser mamá. Desde antes de que ellos nacieran, cuidaba mi proceder y mi conducta para que cuando tuviera esos hijos que soñaba no se fueran a avergonzar jamás de su madre”, confesó en una entrevista la mexicana, a la que muchos jóvenes pertenecientes a las nuevas generaciones han descubierto a través de los realities en los que últimamente ha participado.