Ainhoa Arteta ha reaparecido en televisión tras vivir el momento más duro de su vida que casi le cuesta la vida. La soprano, que está a punto de volver al trabajo, ha sido entrevistada por Pablo Motos en 'El Hormiguero' donde ha hablado como nunca del problema de salud gravísimo que ha logrado superar. "Un cólico nefrítico desencadenó en todo esto... Casi me muero, yo no me enteré hasta mucho después", ha explicado al presentador.
Las palabras de Ainhoa Arteta han estado cargadas de fuerza y es que la cantante ve la vida de otra manera tras sentir que se iba. "Me indujeron el coma durante 4 ó 5 días. Me salvé por los pelos, intentaron todo tipo de antibióticos pero, al ser cantante y tomarlos mucho, mi cuerpo había generado resistencia frente al antibiótico y además soy alérgica a la penicilina. Los médicos dijeron que tenían que ponérmela, si no me ponían nada moría pero también me podía dar una alergia a la penicilina, pero no les quedaba otra", ha contado a Pablo Motos, que se ha quedado sin palabras.
"Perdí varias falanges. Llevo injertos tanto en pie como en manos, se me salvó la mano izquierda porque está más cerca del corazón y tenía más riego sanguíneo", ha contado. Ainhoa Arteta ha asegurado que sí que ha sentido el dolor 'fantasma' de los miembros perdidos: "Sí, el dolor neuropático, me pasa muy a menudo. Ayer me dolía la punta del dedo y me lo miraba y y decía 'pero si no tengo punta'. Es un dolor muy duro que no se me va con cualquier medicina. Al principio solo con la morfina". Ahora, la soprano trata todas estas dolencias con la unidad del dolor y está muy agradecida a su equipo médico: "El dolor está mucho en la cabeza".
Pablo Motos le ha preguntado directamente si sintió la muerte de cerca y Ainhoa Arteta se ha sincerado: "No vi la luz final del túnel, pero si me vi en un espacio azul oscuro intenso pero como si tuviera mucha luz. Me veía suspendida, era silencio total... No lo soñé, lo viví".
Afortunadamente, todo esto ha quedado atrás y ahora Ainhoa se siente con la misma fuerza de siempre. De hecho, solo puede celebrar la vida y que, además, ha podido volver al trabajo y los escenarios mucho antes de lo que los médicos esperaban.