El mundo de la música llora tras la pérdida de Pau Donés. El cantante de Jarabe de Palo ha fallecido este 9 de junio a los 53 años tras una larga lucha contra el cáncer. Con un dolor hondo, la familia comunicaba la triste noticia a través de la cuenta de Instagram del cantante. Junto a una imagen donde Pau mira a cámara con su habitual gesto tranquilo, daban las gracias al equipo médico que le ha cuidado hasta su último aliento y pedían respeto para estos "momentos tan difíciles".
Pau Donés ha dejado un legado musical valioso, lleno de positividad, que se ha convertido en educación sentimental para muchas generaciones. Desde 'La flaca' se ganó un lugar en el corazón de todos y era difícil no tararear alguna de sus letras llenas de color y sabor. En 2015, inició una lucha incansable contra el cáncer de colon que le diagnosticaron. Nunca desfalleció, siendo un ejemplo de actitud ante la vida y ante la enfermedad, hasta el punto que, con fuerzas renovadas volvía hace unas semanas con nuevos disco bajo el brazo, su testamento musical.
Sus letras y músicas destilaban buen rollo y ganas de vivir; sin embargo, la vida de Pau Donés ha sido un camino de espinas. Con la misma edad que tiene ahora su hija Sara, la persona más importante y una de sus razones para seguir adelante, el artista tuvo que hacer frente al terrible final de su madre. Su madre Nuria Cirera, un pilar esencial para un adolescente Pau Donés que empezaba a estar loco por la música, se quitaba la vida una semana después de su cumpleaños, un impactante acontecimiento que marcó la vida de Pau y la de sus hermanos para siempre.
El suicidio de su madre marcó una etapa de muchísima inestabilidad en la que le tocó llevar una importante parte del peso familiar. Ejerciendo de hermano mayor de sus cuatro hermanos, a Pau le echaron de innumerables colegios, pero el legado de su madre consiguió rehabilitarle de la tristeza y el rencor: su amor por la música lo pudo todo y así empezó el germen y la filosofía que ha transmitido desde los 90 desde Jarabe de Palo.
Nuria supo ver antes que nadie el talento y el entusiasmo que Pau ponía en la música y le regaló una guitarra antes de morir. Ponía así, sin saberlo, la primera piedra de un proyecto musical que perdurará siempre.