A Jesús Calleja (59 años) no se le pone nada, ni nadie, por delante, por eso a nadie le extraña que se haya llevado a Finlandia a vivir una aventura a temperaturas intempestivas ni más ni menos que al diseñador Palomo Spain (31 años). Tenía la intención de sorprenderle, pero el sorprendido ha sido él cuando el joven la ha explicado que Helsinki, la capital del país, tiene una de las mejores academias de moda y que por esa razón él ya lo conocía. También pensaba que le costaría conducir a su invitado por la aventura, y nada más lejos de la realidad, sin una sola queja ha pescado en el hielo, ha nadado en un rio a -26 grados y ha bajado una pista negra de esquí con un patinete infantil sin despeinarse.
Pero sin duda, el momento más sorprendente lo ha protagonizado su padre, pues durante un ratito de la charla se ha unido al presentador y al diseñador y ha explicado que de su hijo a aprendido muchas cosas, sobre todo a entender que la diversidad es normal, y no ha podido evitar emocionarse al recordar que algunos de sus amigos, en algún momento de la adolescencia de su hijo le han llegado a decir “qué pena tu hijo que haya salido así…” haciendo referencia a su homosexualidad, acto seguido ha reconocido que “esas mismas personas después han llorado en un desfile de Palomo, me lo decían por sus costumbres, no por ser malas personas, por eso creo que él está cambiado la forma de ver las cosas y eso es importantísimo”.
Palomo Spain recuerda su infancia "feliz"
Aunque lo cierto es que poco antes el protagonista de la noche había afirmado que sus padres siempre le criaron en absoluta libertad, “en mi casa siempre me han dado toda la libertad del mundo, viví con la idea de ‘cuando seas mayor tendrás novia o novio’ con toda la naturalidad” explica, y añade “yo siempre he sabido que me gustaban los hombres”, de la misma forma que desde muy pequeño se sintió diferente a los demás niños, “era el raro porque no me gustaba hacer las cosas que habían los chicos, a mí me gustaba la moda, jugaba con las Barbies, me gustaba coser…”.
Pero en contra de lo que pueda parecer, en Posadas (Córdoba), era un niño muy querido, “recuerdo una infancia muy feliz, a mí todo el mundo me quería. Me han llamado maricón un millón de veces, lo típico de los pueblos” comenta y añade que nunca nada de eso le creó un trauma y que aunque de adolescente quería salir del pueblo, era por conocer el mundo y porque se enamoró de Londres y quiso ir a formarse allí para poder ser diseñador, pues desde muy pequeño sabía que quería dedicarse al mundo de la moda. Cumplió su sueño, se formó en la capital británica, triunfó con su primera colección en 2016 y regresó a su tierra natal, a la que cree que ha cambiado un poquito, “ahora es un pueblo muy sofisticado, todo el mundo visto con estilo” bromea, pues allí reside, allí tiene instalado su taller, en el que ha cosido incluso para Beyoncé, y está rodeado de su familia y amigos. Tal como le ha dicho a Calleja, poco más le pide Palomo Spain a la vida.