Aída Domenech, Dulceida, fue una de las invitadas más fotografiadas de la boda de Laura Escanes y Risto Mejide. Se casaba su amiga y compañera de profesión y ella no podía defraudarla. Ella sí acudió al casorio, cosa que el padre de la novia no hizo. En estos días se ha hablado de la mala relación que existe desde hace años entre padre e hija, y ahora la bloguera y ‘coach’ de ‘Quiero Ser’ da su versión de cómo lo vivió.
El día más feliz de la vida de Laura Escanes contó con su madre y su hermano como aliados a la hora de conducirla al altar. Las veces de padrino las hizo su hermano, con quien tiene una gran complicidad, y, una vez más, se volvió a demostrar que Escanes tiene debilidad con su madre, quien siempre ha visto con buenos ojos la relación de la influencer con el presentador. Se ha comentado que el padre no lo haría y de ahí su ausencia tan presente en la boda, Dulceida ha querido matizarlo. “Sí quiero decir que su padre no es no apruebe la relación… son otras cosas. No hay que meterse”.
Según deja a entender Aída, el noviazgo entre ambos no habría sido problema para quien debió haber ejercido de padrino, sino que su ausencia se deben a otros temas que no tienen nada que ver con Risto, su yerno.
La bloguera, en la fiesta de la revista InStyle, hizo un balance más que positivo de la celebración del amor #toelrato. “Lo pasamos genial. Fue maravilloso. Mi grupo de amigos nos quedamos los últimos, fue muy guay”. Además, soltó alguna lagrimilla cuando los novios leyeron sus votos, que podéis leer, de manera íntegra, AQUÍ. Avisamos que podéis acabar llorando a moco tendido como Dulceida.