El caso de Daniel Sancho (29 años) ha entrado una etapa crucial. A punto de conocerse, aunque seguramente se amplíe el plazo, cuándo será el juicio y de qué se le acusa formalmente (aunque la fiscalía ya ha pedido pena de muerte por asesino premeditado), el joven youtuber ha contado desde el pasado 7 de agosto con el apoyo de su familia, aunque quien de verdad ha estado en Tailandia para estar a su lado desde casi el primer día ha sido su madre Silvia Bronchalo. Muy presente durante las primeras semanas visitando al chef en la prisión de Koh Samui, la progenitora del presunto asesino de Edwin Arrieta ha 'desaparecido'. Se supone que sigue en el país asiático, pero ¿dónde se esconde? Nada se sabe de ella. De hecho, el pasado 29 de agosto fue la última vez que una cámara la inmortalizó entrando en las dependencias de la cárcel.
Desde ese día de finales de agosto ni una sola aparición, solo silencio sepulcral. Si bien es cierto que la hoja de ruta de Rodolfo fue bastante clara desde que llegó a Tailandia y regresó a la semana a nuestro país, en el caso de la madre de Daniel no se conoce cuáles son sus planes o qué piensa hacer de cara al cambio de prisión de su hijo. Y es que de un día para otro, de ir a la prisión modificó su rutina y despareció. Nadie sabe con certeza si Bronchalo ha abandonado Tailandia ni que haya regresado a España.
Su duro cambio de actitud
Durante sus últimas apariciones Silvia dio un giro de 180 grados a su actitud con la prensa. Rompió el anonimato por el que tanto había luchado estos años para correr al lado de Daniel, acusado del asesinato de Edwin Arriera. De hecho, los portavoces de la familia pusieron en valor su valentía, ya que a pesar de que está rota y en el peor momento de su vida, viajó a la otra parte del mundo sola para demostrar lo que se hace por una de las personas que más quiere. Desde entonces solo ha hablado una vez con los medios para asegurar que una situación así es muy complicada de gestionar, pero además algunos días se mostró muy educada e incluso se despidió de los periodistas que cubren la noticia en el país asiático. Con mucho silencio también desde que llegara, sorprendió mucho uno de sus últimos gestos con un reportero que se interó por su estado anímico. Tras visitar a su hijo el pasado miércoles 20 de septiembre, Silvia se encaró con un periodista de 'TardeAr'. Eran las once menos diez de la mañana cuando Bronchalo abandonaba la cárcel de Koh Samui tras cuarenta y cinco minutos de visita. Esta vez acompañada de un chófer particular. Su primera parada ha sido el parking de un centro comercial, donde ella y su acompañante no perdieron de vista todos los movimientos de su alrededor.
El recorrido siguió en una copistería donde imprimió documentos que tenían que firmar. Pero no solo eso, Silvia y su chófer se desplazaron a otra imprenta y a su salida Bronchalo sacó su móvil de muy malas formas e incluso llegó a encararse para grabar a los periodistas que estaban preguntándole por cómo estaba. Esta inaceptable actitud por quien se interesa por cómo está ella o su hijo todavía sorprendió más porque ese día había recibido una buena noticia. Alejandro Rodríguez, de 'TardeAR', contó que había conseguido uno de los trámites que le iba a dar acceso a una información que hasta entonces no pudo tener: "El jefe de la corte provincial de Samui ha aceptado finalmente el poder notarial que Silvia solicitó. Le servirá única y exclusivamente para acceder a la documentación policial sobre el caso de su hijo y hacerse con copias sobre el mismo. Algo que había conseguido ya Rodolfo Sancho",