Laura Matamoros se ha querido sincerar con sus seguidores, “me debo a vosotros”, les ha dicho. La influencer en un acto de sinceridad tremenda ha compartido la cara más dura de su día a día, una realidad que, hasta ahora, pocos conocían: padece glaucoma. Igual que su padre, Kiko Matamoros.
Kiko Matamoros ha hablado en numerosas ocasiones de sus problemas de visión otorgándoles una enorme naturalidad. El colaborador tiene glaucoma de tensión alta, lo que provoca un continuo deterioro en la vista, hasta el punto de amenazar con dejarle completamente ciego. Desde hace más de una década, el novio de Marta López Álamo vive con esta enfermedad degenerativa. “Hoy ya no tengo visión en el ojo derecho. En el otro tengo la suficiente. Voy perdiendo visión pero espero que la cosa tarde”, contó hace dos años en Sálvame, tras conceder una entrevista exclusiva a la revista Lecturas, donde avanzó sus problemas para ver. “En plano no veo bien y por las escaleras tengo muchas dificultades. Los nervios están bastante dañados y los médicos no saben por qué por un ojo aún veo”.
Al ser una enfermedad con un marcado factor genético, sus descendientes parecen haberla heredado, al menos, y que sepamos, Laura Matamoros. La joven descubrió que lo padecía hace un año. Con solo 26 años le fue diagnosticado glaucoma, en su caso, de tensión baja. Todo empezó debido a unas vibraciones en el ojo y unos pinchazos que le atravesaban y llegaban hasta la nuca. Tras descartar que se tratara de un tumor cerebral y esclerosis múltiple, algo que la tuvo muy asustada durante el mes que duraron las pruebas, los oftalmólogos dieron con la clave: padecía la misma enfermedad que su padre.
La joven madre de un hijo, cuenta que tiene dañado el nervio óptico y que ve muy poquito, “de hecho, de la mitad para abajo del ojo apenas tengo un veinte por ciento de visión”. Ayer tuvo revisión y salió muy contenta, el glaucoma no había ido a peor y se mantenía estable. Con este discurso en redes, la influencer ha querido dar ejemplo a sus seguidores, para aquellos que tengan familiares directos con la enfermedad que estén especialmente atentos a las revisiones oftalmológicas. Esta ‘herencia’ merece ser atendida como requiere.