Cinco años y medio después de la muerte de Mario Biondo, la herida sigue sin cicatrizar para su familia. Sus padres, Giuseppe y Santina, y sus hermanos, Emanuela y Andrea, siguen adelante con su particular batalla tanto en Italia como en España para demostrar que, según ellos, Mario –que apareció ahorcado con un pañuelo en el piso en el que vivía con Raquel Sánchez Silva– no se suicidó la madrugada del 30 de mayo de 2013, sino que fue asesinado.
Un día de gran dolor
La familia ha conseguido cinco informes periciales –cuatro en Italia y uno en España– que respaldan su teoría. Y la hipótesis de los Biondo ya no es solo el temor de una familia que busca justicia. La Fiscalía de Palermo ordenó que el cadáver de Mario, que reposa en el cementerio de Santa Orsola, fuera exhumado por segunda vez. Santina y los suyos tuvieron que revivir el horror de ver cómo desenterraban a su hijo para realizarle una nueva autopsia que podría lanzar datos reveladores sobre las extrañas circunstancias que rodearon su muerte.
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