Ha pasado algo más de un mes y medio desde que Diego Matamoros se sometiera a una cirugía cuyo objetivo era eliminar todo rastro de grasa del abdomen y presumir de cuerpazo este verano.¡Dicho y hecho! El hijo de Kiko Matamoros no puede estar más orgulloso y satisfecho con el resultado final. 

Aunque el post-operatorio no ha sido fácil: semanas de masajes linfáticos, una faja las 24 horas del día y fuertes dolores, ha merecido la pena.