Ha estado inusualmente inactivo en redes sociales pero, por fin, se ha visto con ganas de reaparecer y de "dar la cara". Diego Matamoros se ha tomado un tiempo para recuperarse de la última operación estética a la que se ha sometido. Centrado en su entorno íntimo y en pasar más tiempo con su sobrino Matías, que es su auténtica debilidad, el dolor y las molestias las ha podido llevar mejor. En su última publicación en redes sociales, ha zanjado rumores sobre su estado y sobre la lipoescultura casi integral que ha vuelto a moldear su cuerpo y con la que volverá a lucir esa imagen con la que más se identifica y más le satisface. Para explicarse, ha tenido que viajar al pasado y, sin poder evitarlo, sus palabras se han teñido de nostalgia. Diego Matamoros ha mencionado un aspecto de su vida de casado con Estela Grande que, por su tono, le duele reconocer que no existe posibilidad de que vuelva...
El pasado nunca vuelve, para bien o para mal. Si bien Diego Matamoros y Estela Grande han cerrado esa etapa de su vida en la que fueron marido y mujer, eso no significa que, al echar la vista atrás, no vuelven a la mente recuerdos felices de la vida que construyeron. Esos que, en un primer momento, dibujan una sonrisa pero que, al rato, producen una punzada de dolor porque no volverán (al menos, no igual). El hijo de Kiko Matamoros vio que aquella etapa de su vida también tuvo efectos sobre su aspecto. Lo ha recordado de manera natural y sin acritud, como efecto de la satisfacción que le producía su vida entonces, aunque después tuvo una repercusión que ha querido corregir ahora. "Yo en 2019, cuando era un hombre feliz, casado, dejé de entrenar, empecé a comer como un animal y me puse en 110 kilos", explicaba a sus seguidores, "me ha venido bastante mal, porque adelgacé, y había ciertos cúmulos de grasa que era imposible quitarlos, en el pecho y después en los flancos traseros. Ni haciendo cardios, dietas…".
Por ese motivo, decidía pasar por quirófano el pasado 13 de noviembre y someterse a una lipoescultura en el pecho, para "hacer la forma más bonita", y hacer un "trasvase de grasa al glúteo, ¡me lo han dejado espectacular", reconoce después de haber dejado esa 'perla' nostálgica sobre su matrimonio. No es la primera vez que habla con cariño de Estela Grande y de la relación que construyeron. El hijo de Kiko Matamoros y la modelo se conocieron en 2016 y, tras un noviazgo lleno de altibajos, se dieron el 'sí, quiero' en julio de 2019. Solo dos años después, en julio de este año, firmaban el divorcio, momento en el que Diego lanzó en redes un bonito mensaje dirigido a su ya exmujer: "Me quedo con los mejores momentos vividos, los malos están para reírse de ellos. Saber que la amistad está por encima de todo y que lo importante es lo que te he dicho hoy. Que la felicidad sea una norma en tu día a día. Te quiero, cuídate mucho y sé feliz, Estelita".