La coronación de Carlos III ha sido uno de los eventos más emocionantes del año, ya que eran pocos los que esperaban verle subir al trono británico. La ceremonia ha dado mucho de qué hablar en los últimos meses, y es que el misterio ha girado en torno a su organización; lo único que se supo desde el anuncio de la fecha fue que la coronación sería más sobria de lo que suelen ser y que no se realizaría una nueva corona para la Reina Consorte, algo que sí se hizo en otras ocasiones.
La única duda que quedaba por resolver era si Camila Parker-Bowles sería coronada con la última corona que llevó la Reina Madre y que está compuesta por uno de los diamantes con más misterio del mundo, el Koh-i-Noor. Esta piedra se conoce como la joya maldita, tan bonita como polémica, ya que se trata de un diamante que los británicos tomaron de la India tras su colonización.
Motivos por lo que no utilizó el diamante en la coronación
A pesar de que según la tradición, Camila Parker-Bowles debería ser coronada con la misma corona que Isabel II, Buckhingham se replanteó su decisión. Se supone que esta decisión nada tiene que ver con la maldición, si no que la coronación de Camila y la joya de la corona trae recuerdos no muy óptimos de la colonización, según unas declaraciones del Primer Ministro Indio.
Por tanto, para evitar maldiciones y malos entendidos a nivel internacional, la corona con la se coronó a la Reina Consorte, Camila, fue la misma con la que se coronó a la Reina María. Esta pieza luce los diamantes Cullinan III y Cullinan IV, ambos suman 157 quilates. Los diamantes Cullinan fueron retirados de la corona después de la coronación de la Reina María para convertirlos en un broche que se heredaría de generación en generación hasta llegar a Isabel II. Actualmente el poseedor del broche es Carlos III y a petición suya, los diamantes Cullinan III y IV han vuelto a la corona, ya que es una manera de que su madre esté presente en este día tan especial para él.
La maldición del diamante
El motivo por el que se dice que esta piedra preciosa está maldita viene de una leyenda de la cultura hindú que dice “Quién posea este diamante dominará el mundo, pero también conocerá todas sus desgracias. Solo Dios , o una mujer, pueden llevarlo con impunidad”. También se dice que la profecía de la leyenda se ha cumplido hasta ahora, ya que las mujeres que fueron coronadas con este diamante gozaron de una gran suerte, al contrario que los hombres.
El diamante Koh-i-Noor antes de formar parte de la Casa Real Británica fue propiedad de sucesivos reyes y gobernantes de la India, pero todos los hombres poseedores de la piedra corrieron mala suerte y fallecieron a los pocos años de haber tenido esa gema en sus manos. Vista la mala fama del diamante, se estableció la norma de que esa piedra no debía salir de su cofre nunca. En el caso de las mujeres, la profecía volvía a hacerse realidad, ya que la madre de Isabel II, Isabel Bowes-Lyon fue coronada como Reina Consorte con esta gema y tuvo una vida muy longeva, al igual que sucedió con su hija. Ambos casos de longevidad han afianzado la leyenda, por lo que a Camila le habría correspondido lucirlo en la coronación.
La corona de Camila Parker-Bowles
La pieza que portó Camila en la ceremonia de coronación es una corona inspirada en el estilo art-déco de plata bañada en oro, mide 25 cm y pesa más de medio kilo. La corona está realizada en terciopelo morado y armiño, aunque este segundo material podría ser sustituido por un material sintético a petición del rey Carlos III.
Está compuesta por ocho arcos, aunque las coronas tradicionales suelen tener la mitad, y en la parte superior lleva una esfera y una cruz donde reposará el diamante principal. Además, este complemento porta otros 2200 diamantes divididos en dos filas, acompañados también de motivos florares entre los que destacan las flores de lis.