No, el primer encuentro entre Laura Pausini y Risto Mejide, ahora jueces en ‘Factor X’, no fue cuando arrancaron los castings del talent de Telecinco; la primera vez que se vieron fue en un programa en la ‘competencia’, en Antena 3, cuando él presentaba ‘Al rincón de pensar’, y ella acudió como invitada. En un momento de la charla televisada, él ofreció una serie de datos que sirvieron para tacharla de diva.
“Parmesano, jamón prosciutto, zumo natural, té negro Earl Grey, albornoz…”, llegado un punto de la entrevista, Risto sacó del bolsillo de su traje un papel en el que estaban apuntados todos los ‘caprichos’ que Pausini había pedido para su camerino durante su visita al programa. Ante la estupefacción de ella, pues nunca antes le había pasado nada igual, el asombro de él, al que le había pasado tres cuartas partes de lo mismo pero desde el otro lado. “A este programa han venido ex presidentes del Gobierno y nadie nos ha pedido ninguna de estas cosas”.
Mejide pretendía, de cierta manera, desmontar el discurso de “chica de campo” de su invitada, que minutos atrás le juraba que no era una diva. Entonces, Laura buscó excusas como que algunos de los elementos de la lista eran para gente de su equipo, pero finalmente, sabiéndose reír de sí misma, dijo “entonces sí soy una diva”.
Ahora, en ‘Factor X’, los dos forman un buen tándem. Ella mantiene el tono amable, mientras que él se encarga de dar los ‘zascas’. Los eternos roles de poli bueno y poli malo, un poli malo que, tres años atrás, le dio a probar de su Ley Miranda, “todo lo que digas puede ser utilizada en tu contra”, y eso incluye una lista de requerimientos para el camerino.