Rosa Benito y Rosario Mohedano tenían el pack completo para celebrar el día más cañí de todos cuantos se recuerdan. Solo les faltaba una cosa: la flamenca apostada en el televisor o en la mini-cadena, aunque, para flamenca, ellos ya tienen a la sobrina de Rocío Jurado. Madre e hija, acompañadas de familia y amigos, pasaron un estupendo día de relax en el que hicieron todos los planes asociados a la rutina más castiza.
Lo suyo parecía unas sevillanas de Martirio. Rosa Pepi en remojo en la piscina, sus amigas en el bordillo sin quitarse los ‘bambitos’ y en la radio suena que te suena copla. Que se note que ella fue, es y será familia de la mejor voz que ha dado nuestro país. A su lado, también en remojo, su hija, esa de la que está tan orgullosa. Rosario venía de enlazar varias actuaciones: Tarrasa, Alicante y Toledo. Tres shows que cosecharon sonoros aplausos y que dejaron a Mohedano con el corazón henchido de amor propio. Y aún más el de su madre, que para eso es la orgullosa progenitora de la artista. Especialmente le hizo ilusión el éxito cosechado en Alicante, su tierra, donde la pudo acompañar y disfrutar de sus nuevos temas.
Y para relajarse de tanto trajín, que ya sabéis cómo es la vida de los cantantes, nada como un día de esparcimiento piscinero. Con paellita incluida y, en la radio, a toda pastilla, Radió Olé. Ya os avisamos, no habían podido dar con un plan más cañí.
“Y lo prometido es deuda”, se le oye decir a Rosa en voz en off, como si estuviéramos en ‘El crepúsculo de los dioses’ pero en vez del plano del muerto en la piscina lo que tenemos delante nuestra es un señor arroz que tiene más de montaña que de mar. “Ya tenemos la paella terminada, y ahora nos la vamos a comer, como vosotros comprenderéis. Aquí compartimos un trocito de nuestra vida. Os queremos. Feliz verano”. Y las palmas, de fondo, sin parar de sonar. Ellas sí que saben montar una buena zambra.