Se ha convertido en el miembro más seguido de la familia Urdangarin después de que estallase el escándalo de Ainhoa Armentia. Pablo Urdangarin ha conquistado a todos con su educación y saber estar. El hijo de la infanta Cristina derrocha carisma y profesionalidad pero no todo ha sido tan fácil a lo largo de su vida. Tal y como desvela Pilar Eyre para ‘Lecturas’, los desprecios y el acoso han estado presentes en la vida de los hijos de la infanta e Iñaki Urdangarin.
“Los vecinos del barrio aún recuerdan las fiestas de cumpleaños de los niños Urdangarin Borbón, con castillos hinchables, globos que subían al cielo, payasos…”. Eran los tiempos en los que la familia de la infanta Cristina estaba en lo más alto. “Muchas veces se veía a Iñaki y sus hijos en bicicleta por la Diagonal, Irene sentada en la barra, como un anuncio de cereales, ¡todos eran rubios!”, así lo cuenta Pilar Eyre en exclusiva para ‘Lecturas’. Pero todo cambio.
“Después, empezó el caso Nóos y la familia se trasladó a Washington para alejarse del problema, pero no fue buena idea. Los niños lo pasaron mal en el colegio, el mayor sufrió ‘bullying’”, escribe Eyre. “Decidieron regresar a Barcelona, otra vez al Liceo Francés, otra vez al “palacete”. Pero ya nada fue lo mismo. Los desprecios fueron constantes”. El escándalo del Caso Nos, que acabó con Urdangarin en la cárcel, hizo que la familia cayese en desgracia.
“Se les pidió incluso que no volvieran al club que hasta entonces los había acogido amistosamente”, relata Eyre en exclusiva para esta publicación. “En la puerta del colegio se amontonaban los paparazis y los escoltas, con la consiguiente incomodidad para los otros padres, que protestaron a la dirección”. Empezaba entonces un infierno que los hijos de la infanta Cristina vivieron en silencio. Una historia dura y complicada para los hoy adolescentes.