Cristalino y conciso. Mario Vargas Llosa (86 años) ha sido más sincero que nunca sobre su relación con Isabel Preysler (71 años). Son sus declaraciones más rotundas desde que el 28 de diciembre la madre de Tamara Falcó confirmó que habían roto después de ocho años juntos. Cada palabra pronunciada por el premio Nobel esta vez suenan afiladas y definitivas, y coinciden con la cita secreta que ha disfrutado con su exmujer recientemente. Mientras parece querer cerrar esta etapa con Isabel Preysler, los rumores de reconciliación con Patricia Llosa (78 años) se vuelven cada vez más insistentes. "No me arrepiento de nada, absolutamente", ha pronunciado con tono firme.
Mario Vargas Llosa se confiesa sobre su ruptura con Isabel Preysler
Mario Vargas Llosa se sometió el jueves 2 de febrero al interesante cuestionario del escritor y periodista Manuel Jabois. Una charla literaria, en 'El País' entre dos hombres de letras que ha versado en aspectos literarios, aunque una parte la han dedicado a su experiencia con el mundo del corazón. Sin duda, una cuestión que le ha situado en el centro de la noticia desde hace un mes por su abrupta y agria ruptura con Isabel Preysler, en la que también han tenido mucho que ver los hijos de la expareja.
Si bien se ha mostrado insistente en no querer abordar la incómoda cuestión de su relación sentimental ya finiquitada, “Yo no voy a hablar de Isabel, para nada”, ha afirmado; lo cierto es que ha dejado frases de lo más reveladoras en la conversación que ha mantenido con Jabois.
Con ganas de pasar página ante un acercamiento con su exmujer Patricia
Por lo que se desprende de sus palabras, al autor de 'La fiesta del Chivo' lo que más le interesa es que la intensidad de la noticia vaya disminuyendo. Lo que su colega ha descrito como "la tuneladora de la prensa rosa". Vargas Llosa ha señalado que, de momento, lo único que ha hecho ha sido esquivarla no hablando de la madre de Ana Boyer, hasta ahora. "No haciendo ninguna declaración. Yo no he hecho ninguna sobre Isabel. Y he tenido durante un mes periodistas, periodistas desde las siete de la mañana plantados en el portal. Salía a caminar y ya me los encontraba”, ha apuntado.
Unas palabras que toman una trascendencia especial después de que haya trascendido que estaba encantado con los privilegios de ser un personaje mediático, más allá de su importante carrera literaria, y de la vida de la que disfrutaba en Villa Meona, pero de los que ahora paradójicamente reniega.
Marca distancia y se defiende: "No me arrepiento de nada"
"La experiencia ha sido magnífica, pero no literaria", matiza. Asimismo, aclara que no tiene posibilidad de convertir en relato todo lo que ha vivido, siguiendo el ejemplo de Truman Capote en 'Plegarias atendidas'. "No se puede convertir en una novela. Absolutamente no. He terminado una novela sobre música peruana, sobre el vals peruano", ha contado satisfecho.
Descartada esta posibilidad, también ha dicho no a contar en un libro su relación con la reina de corazones justificándose con estas palabras: "Sí, son dos mundos muy distintos, muy separados". Quién sabe si acabará descansando y ganando poso la idea en el fondo de un cajón. Por el momento, su gesto contundente avisa de que es una cuestión que quiere dejar atrás: "La experiencia se vivió y ya está. Vuelvo a estar en mi casa, rodeado de mis libros”. Aunque no lo borraría de su vida: “No me arrepiento de nada, absolutamente”.