El programa ‘¡De viernes!’ ya lo había anunciado y es que traía una gran exclusiva que iba a cambiarlo todo en el caso de Antonio Tejado (36 años). Desde Telecinco han tenido acceso a la declaración que hizo ante el juez María del Monte (62 años) y su mujer Inmaculada Casal (60 años), un relato totalmente desgarrador que pone de manifiesto diferentes aspectos, entre los que destacan la diferencia de trato recibido por parte de las asaltadas.
La cantante ya ha manifestado en varias ocasiones que confía plenamente en la justicia. De hecho, no ha querido hacer ningún tipo de declaración sobre la presunta implicación de su sobrino. Antonio ha sido considerado por las autoridades como el presunto autor intelectual del robo a la vivienda de su tía, motivo por el cual se encuentra encarcelado desde el pasado mes de febrero, a pesar de que él sigue declarando su inocencia y luchando por salir de la prisión.
La desgarradora confesión de María del Monte
El programa de Telecinco ha querido emitir en exclusiva algunas de las declaraciones que las asaltadas han realizado frente al juez que lleva el caso. Para ello hay que remontarse al pasado mes de agosto, una noche calurosa de verano en Sevilla que la cantante y su familia no podrán olvidar en mucho tiempo. A este momento le pide el juez que se remonten para pedirle todo lujo de detalles de lo ocurrido, así como sus recuerdos sobre ello.
“Esa noche sobre las 4:30 en la casa se produce un ruido que yo no oigo. Me despierta ver a Inmaculada intentando sacar a alguien y gritando ‘qué hace, qué hace’”, comenzaba el vídeo sobre aquella fatídica noche. En ese momento aparece en escena el relato de Inmaculada para poder continuar con la historia por orden cronológico. “Oigo como si se cayera una estantería de ese frente. ¡Boom! Digo ‘¿qué haces?’ Deja a la niña y corriendo me coge por los brazos, me lleva y me tumba en la cama y me dice ‘esto es un robo’”, explica la periodista.
El pánico de María del Monte e Inmaculada Casal
El matrimonio tuvo que volver a aquella noche para tratar de explicarle al juez todo lo posible para que los culpables puedan pagar por ello. La periodista revela la dificultad para respirar que tenía en dicho momento. “Me pone la almohada encima de la cabeza y me dice ‘te quedas ahí’. Luego empieza a presionarme. En el momento en que ya me quitó las manos de arriba pude respirar con tranquilidad”, detalla Casal sobre la presión que estaban realizando sobre ella.
A este respecto, es María del Monte quien ofrece más detalles de un momento que contrasta con el que relataba su mujer, ya que la diferencia de trato entre ambas fue abismal. “Me sentaron en la cama. Un pánico, una taquicardia, se me salía el corazón por la boca. Le pregunto a una de esas personas que si puedo beber agua porque no me encuentro bien y me dice que sí y me la da”, expresa. Así no tiene nada que ver con lo que estaban haciendo con su mujer en ese instante.
El temor de María del Monte con la caja fuerte
Tanto una como otra han revelado en declaración el momento angustioso en el que intentaron abrir la caja fuerte y no pudieron. De hecho, los asaltantes gritaban porque la hija de Inmaculada no podía abrirla. Por su parte, la intérprete de ‘Cántame’ explicaba que incluso confundieron la caja fuerte con un frigorífico pequeño que tenía de color rojo, el cual llegaron a abrir para corroborar que era cierto lo que le estaban diciendo María.
“No puede abrir la caja, empiezo a notar que se ponen más nerviosos. La niña ha bloqueado la caja, se oía. Ahí ya empiezo a sentir pánico. Yo me levanto como buenamente pude”, expresa la andaluza. “Cojo la llave de la caja fuerte, se la entrego y le doy la combinación. Hay alguien que se me dirige y me dice: ‘Tienes tres minutos para abrir la caja fuerte o me llevo a la niña y la mato’”, añadía. En ese momento el nerviosismo se apoderó de ella.
“Yo no podía abrir la caja por la tensión. Tenía a dos detrás diciéndome: ‘Abre la caja’. Pido que se fueran porque sino no iba a poder abrir la caja. Cuando la abro, este señor deposita en el suelo una especie de bolsa de deporte. Al soltarla suena a cosas metálicas. Cuando yo abro la caja mi mente lo único que pensaba es: ‘¿Y ahora qué?’”, apuntaba con temor. No obstante, cuando comenzó a escuchar por fin el silencio de su casa, pudo salir al recibidor a reencontrarse con su familia y comprobar que todos estaban bien.