Las Vegas se ha vestido de gala para una de las noches más importantes del mundo de la música. La ciudad del juego por antonomasia ha acogido la celebración de una nueva edición de los Premios Billboard, que cada año reconocen a los artistas más populares en Estados Unidos según sus ventas.
Una alfombra fucsia por la que han desfilado algunas de las celebrities más destacadas del panorama internacional actual, aunque sin duda, lo más importante de la noche ha ocurrido en el interior de la gala, justo antes del final, cuando la reina del pop ha rendido su particular homenaje a Prince, fallecido el pasado 21 de abril.
Vestida de morado por Gucci, Madonna ha salido al escenario sobre un imponente trono de terciopelo y ante la emoción del público ha entonado las primeras notas de "Nothing compares to you", tema compuesto por Prince que hizo popular Sinead O'Connor.
Pero ella no ha sido la única que ha protagonizado el momento más emotivo de la noche. Céline Dion, que recientemente perdió a su marido ha sido la otra gran protagonista, al aparecer recoger de manos de su hijo René el premio al icono del año. Un galardón que le ha entregado después de su brillante actuación de "The show must go on", toda una declaración de intenciones después del trance por el que acaba de pasar.
Britney Spears ha recibido el premio Millennium por su influencia en la industria musical, mientras que Enrique Iglesias y Nicky Jam han conseguido el galardón a mejor canción latina con con "El Perdón".
Sin embargo, los grandes triunfadores de la noche han sido The Weeknd y Adele, que no ha podido estar presente en lo que ya se consideran los premios Óscar de la música. Un reconocimiento que reafirma lo que ya es una realidad. La británica se está convirtiendo en una de las artistas más importantes de este siglo.