Chiqui Martínez ha demostrado ser una mujer con agallas al poner punto y final al infierno que vivía con su marido Borja Navarro. La exconcursante de 'Gran Hermano 10' ha narrado en televisión los detalles más dolorosos de una relación que la ha hecho mucho daño durante seis años. Ahora se ha armado de valor y ha confesado la decisión extrema que tuvo que tomar en pleno alumbramiento de su segunda hija, en unas circunstancias en las que su vida corría peligro. Y todo porque se dio cuenta que debía protegerse de Borja.
Con su testimonio desgarrador, la tertuliana de Telecinco se ha convertido en ejemplo de que no hay que "aguantar" ni las primeras señales de que algo no está funcionando. "Empezó a haber faltas de respeto continuadas, cosas que no se deben tolerar, muy fuertes. Yo tendría que haber roto mi matrimonio en 'Supervivientes' con la primera infidelidad", ha acabado diciendo ante una Carlota Corredera muy conmocionada por los terribles episodios que sigue narrando Chiqui de la convivencia con su exmarido.
La ex 'Gran Hermana' ha admitido que "los malos momentos" incluso empezaron antes de que naciera su hija mayor, que va a hacer cuatro años ahora. Sin embargo, una de las situaciones límite que la llevó a empezar a reaccionar transcurrió cuando, en un parto de riesgo como el que fue el del nacimiento de su hija Bella, Chiqui dio la orden al equipo médico de someterse a una ligadura de trompas.
Ya eran muchas las "deslealtades con mujeres" las que llevaba aguantando, perdonando y haciendo "borrón y cuenta nueva". El calvario lo estaba viviendo sola y en silencio y, al ver que ella entraba en quirófano y Borja se iba a comer, las dudas se disiparon. "Decido yo en el parto de mi segunda hija hacerme una ligadura de trompas para no tener más hijos. A mí, Borja es una persona que ya no me aportaba nada, pero a él no le conté nada (aunque se lo acabé contando). Pero esa decisión la tomo porque yo entro al quirófano sola, porque él se va a comer, ahí veo yo lo que le importaba, estando yo mala. Fue muy duro", ha contado entre lágrimas.
Los dos últimos años de su relación la situación se fue volviendo cada vez más insostenible. "Borja se vuelve cada vez más machista, cambia su personalidad, está también más metido en el ordenador, con el móvil, todo el tema de las otras deslealtades con otras mujeres, todo eso va minando la relación", ha declarado con la voz rota. Un calvario que prácticamente ha pasado sola hasta que su hermana Emilia, en la última etapa de este infierno, se convierte en su mejor apoyo. "Ve unas circunstancias que no le gustan y me abrió los ojos, porque yo estaba cegada y tenía miedo", ha reconocido.
Chiqui puso fin a este matrimonio tormentoso el pasado 13 de octubre. Un día después se lo contó todo a su madre, que se ha volcado con ella desde entonces. "He tenido muy buenos momentos, y también malos, pero yo me quedo con que tengo a mis dos hijas, que puedo decir que es lo más bonito de mi matrimonio. Con eso me quedo", ha dicho finalmente.