Libanesa de 37 años, Daniella conoció a Cesc Fàbregas, de 26, cuando él era el capitán del Arsenal y vivía en Londres.
En aquel entonces, ella no sabía que Cesc era un as del fútbol ni se había interesado jamás por este deporte. Y a pesar de las leyendas que circulan, su relación, cuenta la misma Daniella, siguió el mágico recorrido que siguen muchas historias de amor. Ambos se veían al principio con un grupo de amigos. Después, el lazo se estrechó. Al final, quedó eso: dos enamorados que lucharon por algo que a priori no era fácil ni por la distancia, ni por sus anteriores amores, ni por los hijos que ella tenía. Hoy dan gracias a la vida por la llegada al mundo de su hija Lia, hace ocho meses y Daniella concede a Lecturas su primera entrevista a un medio de comunicación.
Hubo incluso quien dudó de vuestra relación por la diferencia de edad...
Cesc es mucho más seguro que gente que le dobla la edad. Hay gente diez años mayor que él que son unos niños, que solo piensan en salir de fiesta. No me afectan las opiniones de gente que no me conoce. Cesc está muy entregado a su trabajo, es el número uno. Le quiero incluso más que cuando comenzamos.
¿Cómo es Cesc?
Tiene un corazón de oro. He conocido a mucha gente en mi vida, pero nunca a nadie como él. Cuida de su familia, sus amigos, de mí, de mis hijos. No puedo recordarle nunca preocupado, siempre con una sonrisa, agradecido… Para mí es extraordinario, porque tiene un trabajo con mucha presión, nunca pierde la esperanza, es muy fuerte, tiene mucha ambición… Lo admiro mucho.
La entrevista completa a Daniella Semaan, esta semana en tu quiosco.