"Él nunca tenía dinero, ni pagaba". Rocío Carrasco hace la descripción más certera a propósito de la famosa tacañería que precede a José Ortega Cano. Una actitud que trascendió los mentideros y que la hija de Rocío Jurado aporta esclarecedoras anécdotas que lo demuestran. Asimismo, en el último capítulo de 'En el nombre de Rocío', revela el curioso apodo que le habían puesto al torero por su poca inclinación a "sacar la tarjeta de crédito" cuando tocaba pagar. Si bien se lo tomaban con humor y lo cuenta con guasa, lo cierto es que en los momentos más delicados del tratamiento de Rocío Jurado en Houston dio lugar a una situación incómoda que subraya la afirmación de Rocío Carrasco: "No sé portó bien con mi madre".
"Siempre ha sido muy 'agarrao'. Es una descripción pura y dura. Él siempre ha sido un hombre muy poco desprendido y muy agarrado", afirma Rocío Carrasco con media sonrisa. Los recuerdos regresan frescos a su memoria, en especial una conversación con su tío Juan, en boca de quien escuchó por primera vez la manera como se referían al extorero.
"Un día, en La Moraleja, estaba yo por allí pululando con mi tío Juan y salió que él [Ortega Cano] había quedado con una persona que le iba a dar un cheque porque él había comprado alguna cosa", explica. "Esta persona llama al timbre", continúa diciendo, "y mi tío Juan le abre y me dice: "Niña, avisa a Cecilia". Y digo yo: "¿Cecilia?". "Y me dice Cecilia, sí, Ortega". El tío de Rocío Carrasco estaba haciendo a la canción 'Un ramito de violetas' de Cecilia pues, "él, como Cecilia, siempre sin tarjeta", como rezan los versos del tema.
Esta anécdota da pie a Rocío Carrasco para hacer una reflexión sobre la relación entre su madre y su relación con su marido por aquel entonces: "Mi madre no tenía problema de sacar la tarjeta. Y nunca le puso la cara colorada. A lo mejor si lo hubiera hecho se le habría quitado la costumbre". La actitud tacaña de José Ortega Cano también ha dado lugar a muchas especulaciones sobre la falta de detalles con la artista en uno de sus momentos más complicados, los difíciles meses de tratamiento en Houston, que corrieron a cargo de su madre. "Lo pagó ella todo, Ortega Cano no pagó nada". Si bien se había llegado a decir que ella habría dado órdenes de que él no pagara nada, Rocío Carrasco afirma contundente que "ella tenía clarinete que Ortega no iba a pagar. No hacía falta que ella diera orden de nada, porque él no iba a pagar nada".