Hace ocho años la vida de Mario Vargas Llosa (87 años), premio Nobel de literatura, dio un giro de ciento ochenta grados cuando se enamoró de Isabel Preysler. Dejó a su mujer, se distanció de sus hijos, abandonó su casa, y apenas pisó su tierra, Perú. Siete años más tarde parecía impensable que en algún momento fuera a recuperar aquella vida junto a Patricia Llosa que ya parecía parte de un pasado muy remoto. Pero como en toda buena novela, a finales de este 2022 hubo un giro de guion y se rompió la relación, y ahora se ha podido confirmar que Llosa y su exmujer han viajado juntos a Sicilia de vacaciones, y según las palabras de él, ha sido un viaje “muy bueno”.
Parece que los cincuenta años de matrimonio que compartieron finalmente han pesado más que los siete que estuvo junto a Preysler, y que a pesar de que un día él decidiera terminar con la relación, Patricia Llosa, con la que había compartido su vida entre 1965 y 2015 cree que merece la pena volver a estar a su lado. Y sus hijos, que nunca vieron con buenos ojos a la nueva pareja de su padre, ahora se dejan ver más cerca que nunca de él, aunque lo cierto es que los últimos años habían logrado limar las asperezas surgidas en el inicio de la relación con la socialité.
Mario e Isabel nunca llegaron a casarse, algo que ha facilitado las cosas en el momento de la ruptura. Sin embargo, Mario y Patricia, si firmaron el divorcio y su consecuente reparto de bienes en 2016, y aunque ahora hayan acercado posturas hasta el punto de hablar de reconciliación, por el momento y mientras no decidan pasar de nuevo por vicaría, todo lo material sigue están dividido tal como lo acordaron en su momento. Pero ¿Con qué patrimonio cuenta el Nobel?
El patrimonio de Mario Vargas Llosa
En Madrid cuenta con una casa en pleno centro cuyo mayor valor es su ubicación, está entre la puerta del Sol y el Monasterio de las Descalzas Reales, tiene 283 metros cuadrados y 29 de terraza, y aunque se trata de su única propiedad en territorio español corre el riesgo de perderla. La propiedad de este inmueble consta a nombre de una sociedad con domicilio fiscal en Holanda, y está hipotecada a favor de la Agencia Tributaria desde 2018, cuando Hacienda reclamó a Llosa 2,1 millones de euros por supuestas irregularidades de tributación entre 2011 y 2014. En la actualidad continúa luchando por demostrar que el ente público no tiene razón y recuperar así la propiedad de manera total.
En cuanto a sociedades también cuenta con solo una en nuestro país, la dio de alta en 2016, cuando ya se había trasladado a vivir a Puerta de Hierro junto a la madre de Tamara Falcó. Su denominación es ‘Misti Copyright SL’ y su actividad es muy concreta “la adquisición, registro, tenencia, disfrute, gestión, ejercicio, administración y explotación de los derechos de autor sobre la obra literaria o de cualquier clase creada por don Jorge Mario Vargas Llosa”. Desde el mismo momento de su constitución su hijo Álvaro consta como administrador, pues siempre ha trabajado ayudando a su padre, actualmente sigue siendo así, aunque cuentan con otras dos personas que ocupan cargos de apoderados. Las últimas cuentas que pueden consultarse no son muy halagüeñas, son de 2018 y en ese año registraron pérdidas por valor de 27.000 euros, pero han pasado cinco años y aunque no han vuelto a dar parte de sus números al Registro Mercantil, es probable que la cifra de ganancias sea muy diferente.
Fuera de España cuenta también con un piso en Francia, y los que un día compartió con Patricia en Lima, Nueva York o Punta Cana, pasaron a manos de ella en el momento en que tomaron caminos separados. También contaban con un piso en Londres, que le correspondió a él en el reparto pero que vendió poco después. Por lo que ahora, si retoman la vida juntos, ambos podrán disfrutar de nuevo de aquellas propiedades que fueron atesorando con ilusión cuando fueron avanzando en su vida, y que después fueron motivo de disputa.
Ahora todo aquello queda atrás, atendiendo al número de inmuebles resulta evidente que ni Patricia ni Mario tienen necesidad económica alguna ni su acercamiento respondería a nada relacionado con las cifras o los bienes. De confirmar que vuelven a compartir su vida, quizá hayan pesado más los cincuenta años juntos que les habrán permitido conocerse a la perfección, y el resto, será lo que el día de mañana disfruten sus hijos y nietos, a los que están muy apegados. Sin más.