A Carlo Costanzia le queda muy poco para cumplir el 100% de su condena. Por ahora, duerme de lunes a jueves en prisión y está muy pendiente de no hacer nada que pueda atrasar su libertad total, que, si nada cambia, llegará en marzo.
"Es lo más bonito que me ha pasado en la vida. Hay que disfrutarlo momento a momento, que el tiempo vuela, como dicen". Eran las palabras de Carlo Costanzia en ‘De viernes', cuando se sentó a hablar sobre su paternidad. El bebé que ha tenido con Alejandra Rubio, que lleva su mismo nombre y que ya está a punto de cumplir dos meses, es la aventura más emocionante que ha vivido nunca. A pesar de todos estos momentos dulces, también se trata de una vivencia que está teniendo una parte agridulce que sin duda le marcará para siempre.
¿Cuál es la rutina de Carlo?
Y es que Carlo está cumpliendo el final de su condena de veintiún meses por estafa continuada, una situación que Alejandra ya conocía cuando iniciaron su relación y que tiene como fecha de fin el mes de marzo si todo va según lo previsto. El joven nunca tuvo que entrar en prisión, está cumpliendo su condena en libertad, pero debe llevar una pulsera con un chip localizador desde las 9 de la mañana a las 9 de la noche y a esa hora debe acudir al centro penitenciario para pernoctar en el mismo.
Un centro donde pernocta cada noche
El centro donde cumple su condena se llama Josefina Aldecoa y está a las afueras de Madrid, concretamente en Navalcarnero. Allí todo el que cumple condena lo hace en régimen abierto, y es el centro el que se encarga de comprobar que se cumple con el horario estipulado y avisar a las autoridades en caso de no ser así.
Además de habitaciones para dormir, hay espacios comunes, biblioteca y aulas donde se ofrecen talleres y cursos que ayudan a muchos presos a la reinserción social. En el caso de Carlo, no es obligatorio que acceda a estas opciones, pero si quiere formarse en algún aspecto tiene la oportunidad de hacerlo según hemos podido saber a través del centro.
Los fines de semana, libres
El hijo de Mar Flores ha hablado sobre esto con toda naturalidad, pues es su día a día de lunes a jueves. Los fines de semana sí puede dormir en casa y, además, disfruta de algunos permisos especiales.
Él en el citado programa lo explicaba así: "sigo durmiendo en el centro y eso es lo más complicado. Duermo menos porque estoy lejos de mi familia, pero es lo que toca y queda poco. Como ciudadano creyente en que las cosas tienen que cumplirse de una manera correcta, voy a terminar lo que me queda de condena hasta el último día, aunque la crea injusta, pero tengo que dar ejemplo".
¿Nuevos problemas legales para Carlo?
El nacimiento de su hijo ha sido un detonante para querer terminar de cumplir su condena y olvidarse de todo lo ocurrido, algo que podría complicarse debido a unas acusaciones por parte de un paparazzi. El fin de semana del 25 de enero acudía al programa ‘Fiesta’ un fotógrafo que contaba que el jueves anterior habría acudido al domicilio de Carlo para fotografiar a la pareja y que él, nada más verlos desde la ventana, les habría tirado huevos para que se marcharan.
Algo que el novio de Alejandra Rubio y ella misma negaron. Ella explicó que ese día ni siquiera estaba en casa y él se mostró muy enfadado, no solo porque dice que no es cierto, sino por las consecuencias legales que podría tener hacer algo así en su situación. Por lo que no ha dudado en afirmar que va a tomar las medidas oportunas para que se verifique que el testimonio no se corresponde con la realidad.
La nueva vida que espera a Carlo Costanzia
Sin duda es un momento delicado, pero parece que tanto él como Alejandra están sabiendo compaginar muy bien la maternidad y paternidad con la situación judicial de él y ahora con el trabajo de ella, porque ya hace dos semanas que ha regresado a los platós.
Nadie apostaba demasiado por su relación, de hecho, empezó con turbulencias y con una ex de él paseándose por los platós y augurando un mal futuro a los tortolitos, pero ya hace más de un año que empezaron y por ahora parece que todo va mucho mejor de lo que probablemente ellos mismos podían esperar. Están viviendo una etapa dulce y les queda muy poco para disfrutar de todo el tiempo juntos, con él en libertad total y habiendo dejado atrás una condena que siempre consideró injusta. El próximo será su primer verano libre, siendo padres, estando juntos, y pudiendo viajar sin necesidad de pedir permisos. Algo que seguro valoran y disfrutan mucho.