La marcha de Natalia Ferviú ha supuesto un antes y después para Cámbiame. No solo el programa modificaba radicalmente su estructura, es que incluso acaba afectando a la relación de los estilistas. Cristina, Pelayo y la propia Natalia habían conseguido ser una piña a lo largo de los casi tres años que han estado trabajando juntos. Se llevaban bien, hacían bromas y se dedicaban comentarios cómplices. De aquello ya no queda nada. Tan solo hay que ver la sincera felicitación que Cristina le ofreció al estilista por su compromiso...
Pocos abandonos habían dado tanto que hablar. Natalia Ferviú no se acoplaba a la nueva dinámica de Cámbiame y explotaba tras un enfrentamiento con Paloma, la nueva estilista. El cisma marcaba el fin del programa tal y como lo conocíamos. Llegaban los directos, los huevos fichajes y la transformación absoluta. Cristina aprovechaba el momento para mandarle un mensaje a su excompañera mientras Pelayo se mantenía firme en sus convicciones.
Desde entonces, la relación entre los dos estilistas más veteranos se ha enfriado. Pelayo ha pasado al rol de juez y no han sido pocas las veces en las que se ha enfrentado laboralmente a Cristina. Desde fuera, podía parecer todo parte de las dinámicas pero la propia estilista ha querido dejar claro que lo suyo va mucho más allá de los desencuentros estilísticos. Y ha sido con ocasión de un motivo tan alegre como el reciente compromiso de Pelayo con su novio Andy.
Cristina, entre lágrimas, pedía un minuto para lanzar un mensaje. “Creo que no tengo que fingir nada porque Pelayo y yo, no sé el porqué, estamos muy distanciados”, explicaba la estilista. “Las cosas vienen y van y así es la vida, ¿no? Pero te digo de corazón, felicidades Pelayo”. El hoy jurado sonreía y agradecía el gesto de Cristina. Con todo, el final del programa hacía imposible que ambos tuviesen una conversación ante las cámaras.
No sabemos qué ha pasado desde entonces pero nos encantaría que volviesen a ser los de antes. ¡Nos lo pasábamos tan bien! Seguro que con una charla sería más que suficiente. ¡Ánimo, chicos!