No hay nada como tener un jet privado. O si no que se lo pregunten a Cristiano Ronaldo que, gracias a él, ha podido exprimir el breve permiso que le ha dado el Real Madrid y ha podido disfrutarlo con su novia, Georgina Rodríguez. La espectacular pareja ha sido sorprendida en Ibiza, rindiéndose a sus muestras de cariño, pero también adelantándose al verano. Con sus espectaculares físicos no han pasado inadvertidos y, aprovechando la tregua de este tiempo primaveral tan loco que estamos teniendo, ya se han 'calzado' el traje de baño para darse más de un chapuzón en la piscina del hotel en el que se han alojado.
Cristiano y Georgina han estado acompañados de los amigos del futbolista, Ricky Regufe y Miguel Paixao, que también han ido con sus respectivas parejas. Al madridista no podía haberle sentado mejor este paréntesis antes de jugar un partido decisivo este miércoles, en el que se enfrentará al Ahtlético de Madrid en el partido de vueltas de la Champions League.
Su relación con la guapa modelo se afianza en medio de rumores de una futura paternidad. El pasado marzo saltaba a las páginas de los diarios que podría volver a ser padre, esta vez de gemelos y gracias a la gestación subrogada. CR7 y Georgina Rodríguez eran cazados a finales de noviembre durante una escapada a Disneyland Paris. Se descubría la relación secreta que mantenían desde hacía pocos meses, cuando se conocieron en una fiesta. La casualidad hizo también que Georgina trabajara, precisamente, en una de la tienda de Madrid de una de las marcas favoritas del futbolista. El pasado enero hacían oficial su relación, posando juntos durante los premios de la FIFA.
La presión mediática ha originado una situación poco agradable para Georgina, quien ya habría 'perdido' dos empleos por su notoriedad pública desde que es la novia de Cristiano.