4 per. 1 h 55 min.
1 pierna de cordero de aproximadamente 1 kg
2 patatas grandes
2 cebollas
1 vasito de vino blanco
1 ramita de tomillo
2 dientes de ajo
1 ramita de perejil
1 cucharadita de maicena
1 cucharada de vinagre de Jerez
½ escarola
1 granada
Aceite de oliva
Pimienta
Sal
Para la vinagreta:
6 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharada de miel
1 cucharada de mostaza de Dijon
Sal
Lava la escarola, escúrrela y trocea las hojas. Abre la granada por la mitad y desgránala. Dispón ambas en una ensaladera.
Prepara la vinagreta: bate el aceite con el resto de los ingredientes hasta que se emulsionen y reserva.
Pela las patatas y las cebollas, lava las primeras y corta ambas en rodajas finas. Pela también los ajos y pica uno. Salpimienta el cordero y frótalo con el diente de ajo entero. Úntalo con un poco de aceite y déjalo macerar 1 hora.
Precalienta el horno a 180º. Engrasa la placa con un poco de aceite y dispón encima las patatas, con las cebollas. Salpimiéntalas, riégalas con 4 cucharadas de aceite y condiméntalas con el ajo picado y unas hojitas de tomillo lavadas. Riégalas con un vasito de agua y ásalas durante 25 minutos.
Dispón el cordero en una fuente refractaria, vierte un vaso de agua en el fondo y ásalo, a 170º, 45 minutos. Pasado este tiempo, dale la vuelta, y rocíalo con el fondo de cocción y el vino. Prosigue la cocción durante 15 minutos. Sube la temperatura a 200º y ásalo otros 15 minutos. Retira la fuente del horno y deja reposar 10 minutos.
Corta la carne en rodajas y riégalas con unas cucharadas del fondo de cocción. Pasa el resto del jugo a una sartén y agrega la maicena -previamente diluida en un vasito de agua fría- y el vinagre. Cuece esta salsa unos instantes, sin dejar de remover, hasta que espese ligeramente.
Prepara 4 platos llanos y dispón en cada uno una capa de patata y cebolla. Espolvorea con el perejil lavado y muy picado, y añade el cordero sobre ellas. Aliña la ensalada con la vinagreta reservada y sírvela de guarnición.
Prepara la ensalada, sazónala y agrega el vinagre. Pela y pica 2 dientes de ajo, y fríelos en 3 cucharadas de aceite. Viértelo caliente por encima, con los ajos.
El truco: recuerda que las patatas no se deben cortar muy finas si no quieres que se acaben quemando.