El controvertido relato de Tamara Gorro, madre por vientre de alquiler, tras la maternidad de Ana Obregón

La reciente maternidad de Ana Obregón (68 años) por gestación subrogada ha generado más de un debate. Son muchos los espacios televisivos los que han analizado las circunstancias que han rodeado esta decisión. Entre ellos está 'Y ahora Sonsoles', el programas de las tardes de Antena 3. En el plató de San Sebastián de los Reyes estaba Tamara Gorro (36 años), quien asegura que cumplió su sueño de ser madre gracias a la gestación subrogada.

Tamara Gorro se enfrentó, según ella misma apunta en el programa, a tres años de frustración y luchas constantes. Fueron casi 20 los intentos de fecundación in vitro que realizó sin éxito. Entonces, la modelo y Ezequiel Garay recurrieron a la gestación subrogada para tener a su hija Shaila. "Me pongo tanto en el lugar de las mujeres, hablo desde mi propia experiencia. Se pasa tan mal, que una por gusto no recurre a eso", dice sin tapujos a Sonsoles Ónega (45 años). "Mi hija sabe cómo fue gestada y mi hija te lo cuenta: 'Yo estuve en una barriguita de la amiguita de mámá. No en la de mamá porque estaba malita, y luego cuando se puso buena tuvo a mi hermanito Antonio'. Lo irá entendiendo con el tiempo. Hay que darle naturalidad", relata.

La colaboradora de 'Y ahora Sonsoles' se sentó a solas con la presentadora para compartir su relato como madre por vientre de alquiler. Sin embargo, antes de entrar en detalles quiso hacer una aclaración: "Estoy completamente en contra del maltrato tanto a una mujer como a un hombre en países donde se hace este método de reproducción asistida. La gestación subrogada es un método de gestación asistida. Es un método de reproducción asistida, como donar óvulos o esperma".

Tamara Gorro relata su experiencia ante Sonsoles Ónega

Un proceso complejo y judicial

Tras esta puntualización, Sonsoles Ónega le preguntó cómo conoció a esa "amiga de mamá como dice Shaila". "Nos elegimos mutuamente", responde. "Contacto con una agencia donde hay interés en hacer este procedimiento. A ella le pasan un informe mío y del que entonces era mi pareja, mi exmarido, y a la inversa", añade. Una vez que muestran interés mutuo, la agencia fija una videollamada. "Nos conocemos, nos aceptamos y empieza un proceso, que judicialmente empieza cuando el test de embarazo es positivo", aclara.

El proceso judicial es complejo. "El juez en todo momento está pendiente de que se están cumpliendo las condiciones por ambas partes. No hay compensación económica", expone, pero rápidamente es corregida por Sonsoles Ónega. "No en tu caso", apunta. "No siempre y no en mi caso. Un embarazo supone unos gastos que faltaría más que corriera a cargo de ella. Yo no la contrato. La agencia hace un contrato pero eso va ante un juez y se empieza a desarrollar con mucha naturalidad", continúa Gorro.

"Madre es quien cría y da amor"

Su relación, la de la gestante y Tamara Gorro, se extendió durante todo el embarazo. "Yo me iba de compras con la gestante, porque la madre soy yo", responde. La colaboradora deja claro que, para ella, la madre es la que "cría, enseña, educa y da amor". "Cuando nació Shaila, ella pidió que primero me la dieran a mí. Automáticamente yo me quedé en sujetador y me la puse", cuenta. Gorro reconoció que lo contó "para sentirme libre". "¿Por qué iba a comprar el carro del bebé tras 19 intentos de in vitro y no tenía tripa?", añadía con un toque de sarcasmo.