Nacida en Plasencia, Cáceres, el 17 de enero de 1973, es una de las actuales estrellas de Mediaset. Raquel Sánchez Silva recuerda su infancia en el pueblo como una de las etapas más felices de su vida, podía jugar en la calle con sus amigas sin peligro alguno y solo una flexible orden materna le indicaba la hora de regresar: "Vuelve antes de que se ponga el sol".
Siempre fue una niña hiperactiva, por lo que pronto pudo canalizar toda esa energía a través del deporte. A los 7 años comenzó a jugar a voleibol, deporte que siguió practicando hasta casi los 24 –llegó a jugar en primera división–, pero que tuvo que abandonar dado que su 1,70 de estatura es insuficiente si se quiere ser una estrella en el voleibol. Este deporte le enseñó a trabajar en equipo, a respetar el compañerismo, a viajar, a estar fuera de casa sin el control familiar y, también, a asimilar las derrotas. Raquel Sánchez Silva, que se define como una persona "impulsiva y viajera", no es una mujer a la que le resulte fácil quedarse quieta. Va al gimnasio, practica baile clásico y flamenco, hace yoga, zumba, pilates, natación, juega al paddle y al tenis y es una avezada buceadora.
La decisión de dedicarse al periodismo no fue propia, sino aconsejada por su madre, Marisol Silva. Raquel y su madre siempre han estado muy unidas y aquel consejo materno no solo no cayó en saco roto, sino que la periodista asegura que es la mejor decisión que ha tomado en su vida.
Empezó en el periodismo deportivo
Estudió en la Universidad Pontificia de Salamanca y pronto comenzó a trabajar en una televisión local, TelePlasencia, donde descubrió que su medio favorito es la televisión. En 1998, la ficharon para hacer de reportera de deportes en TVE y, al año siguiente, se pasó a los informativos de Telemadrid. Tras un periodo en la televisión autonómica de la capital, en 2004 entró a formar parte del equipo de Canal + que, por aquel entonces, emitía una gran parte de la programación en codificado y otra más reducida en abierto. Raquel fue la escogida para presentar alguno de estos programas en abierto lo que hizo aumentar su popularidad.
Cuando en octubre de 2005 se creó Cuatro a partir de lo que había sido Canal +, Raquel pasó a ser una de las imágenes de marca de la cadena por combinar ese halo de frescura y seriedad por el que apostaba este proyecto televisivo. Durante esta etapa, fue la conductora de programas tan distintos como el de variedades ‘Noche Cuatro’, el instructivo ‘Supernanny’, el divulgativo ‘Soy lo que como’ o especiales de las series ‘House’ y ‘Anatomía de Grey’, entre otros, que la convirtieron en una auténtica todoterreno delante de las cámaras.
A lo largo de su carrera, poco o nada había trascendido de su vida personal y sentimental. Sin embargo, en 2008, dejó claro que ella no era partidaria de las que esperan sentadas a que las enamore un caballero de cuento de hadas. En su libro ‘Cambio príncipe por lobo feroz’, sentenciaba: “No hay vuelta atrás. Aunque en un momento de debilidad intentáramos hacer el ejercicio compasivo de adaptar el cuento a nuestro tiempo, no funcionaría. No saldrían ni el cuento ni las cuentas. Te pongas como te pongas, los coches blancos son una horterada y un rubio vestido de azul celeste de arriba abajo, también. Córtate las trenzas, tira la banda de miss al mar, regala manzanas para dormir a la competencia, fúgate con el lobo y date un baño de espuma con él. Recuerda: mientras las princesas duermen, las brujas vuelan”.
Su gran oportunidad
Y aunque sin escoba y querida por todos, en el terreno profesional Raquel voló espectacularmente. En 2009 le llegó la oportunidad de sustituir a Paula Vázquez al frente de ‘Pekín Express’, el reality show más visto de la historia de esta cadena, y grabó dos temporadas con gran éxito de audiencia. En 2011, Mediaset España, también propietaria de Telecinco, compró Cuatro y anunció que Javier Vázquez tomaría el relevo de Raquel a las riendas del programa, mientras que ella pasaría a ser la pareja televisiva de Jorge Javier Vázquez en la edición de ‘Supervivientes. Perdidos en Honduras’.
De entrada, casi nadie apostaba por este trueque inesperado teniendo en cuenta que ella era una de las caras más emblemáticas de Cuatro. Sin embargo, a medida que se fue desarrollando el concurso, la química entre Raquel, que presentaba el programa desde Honduras, y Jorge Javier, en Madrid, fue en aumento hasta convertirse en uno de los alicientes para ver el reality. Había muy buen ambiente entre todos los miembros del equipo y ella parecía estar más feliz que nunca. Lo que pocos sabían al principio es que motivos no le faltaban para estarlo. Además de triunfar delante de las cámaras, Raquel estaba viviendo un auténtico romance detrás de ellas con Mario Biondo, un cámara italiano perteneciente al equipo de ‘Supervivientes’ en el país centroamericano.
Su romance no se hizo oficial por completo hasta que finalizó el programa y se les vio veraneando juntos en Ibiza. En septiembre de ese mismo año, el equipo del programa fue escogido para realizar ‘Acorralados’ en España, con Raquel y Mario incluidos, lo que contribuyó a afianzar su relación.
Romántica boda
Cuando hacía poco más de una año de haberse conocido, dieron un paso más casándose el 22 de junio de 2012 en Taormina, Sicilia, de donde Mario era originario. Raquel pronunció el ‘sí, quiero’, con mantilla antigua comprada en el rastro madrileño y vestido de novia de su amigo, el diseñador Ion Fiz. “Es un diseño que destila amor, familia y sueños. Es un canto rotundo a la ilusión y el amor”, declaró emocionada.
Tanto en lo personal como en lo profesional, a Raquel no le podían ir mejor las cosas. Tras ‘Acorralados’, había vuelto a Cuatro presentando el concurso ‘El cubo’, sustituyendo a Nuria Roca en ‘Perdidos en la tribu’ y, tras el éxito de audiencia, capitaneando la versión urbana ‘Perdidos en la ciudad’. Parecía que 2013 iba a ser también su año. Empezó conduciendo ‘Expedición imposible’ en Cuatro. Y se anunció que repetiría ‘Acorralados’ en Telecinco junto a Jorge Javier Vázquez. Pero a mediados de año, su felicidad se truncó.
La muerte de Mario
El 30 de mayo fue hallado el cuerpo sin vida de Mario en su casa de Madrid. Rápidamente se empezaron a extender los rumores sobre la causa de su muerte junto a infinidad de muestras de apoyo de familiares, amigos y compañeros de profesión. Raquel fue tajante: “Mario era un hombre feliz y estábamos profundamente enamorados. Las investigaciones siguen su curso y os rogaría que no sacarais conclusiones precipitadas. Mario quería vivir y no se quitó la vida. Todo apunta a un desgraciado accidente. Os ruego prudencia y respeto por la memoria de mi marido y el dolor de todos los que le amamos”. Y con la elegancia que siempre la ha caracterizado, agradeció la respuesta masiva de la gente: “Desde el dolor más profundo que se pueda sentir, quiero daros las gracias a todos por vuestro amor y cariño. Habéis sido y sois un gran apoyo”.
Unas investigaciones que, ante el requerimiento de la que fuera su familia política, han sido reabiertas. Los Biondo no se creen la versión con la que la policía española zanjó la investigación y el juez de Palermo tiene abiertas diligencias para tratar de esclarecer las últimas horas de vida del cámara siciliano.