Esa cara de felicidad a Clara Lago solo se la puede provocar una persona… sí, es esa misma en la que estáis pensando ¡Dani Rovira! El actor dio una charla en un centro cultural malagueño al que lo acompañó su chica.
Rovira no podía faltar a un acto como este organizado por La Térmica en su ciudad natal. Enmarcado dentro del ciclo ‘Palabras mayores’, en el que diversas personalidades acuden para hablar de cómo ha sido su carrera, Rovira charló sobre cómo había cambiado su vida, desde que era un monologuista que se pateaba los escenarios españoles tratando de arrancar alguna sonrisa a convertirse en el actor de la película española más taquillera. Todo contado con su gracia natural que consiguió que todos los asistentes disfrutaran de la narración, especialmente Clara, que lo miraba con admiración y mucho cariño.
“Con el tráiler de Ocho apellidos vascos comenzó mi montaña rusa”, contaba. “Hay que mantener la esencia de lo que eres, la intimidad no la pierdes, pero sí el anonimato. Mi vida se ha convertido en un campo de minas: siempre hay alguien que te dice que ahí no debes pisar. Ahora tengo que agudizar mucho más el ingenio”. La fama ha llegado a jugarle malas pasadas, especialmente en lo referido a redes sociales, “asomarme a esa ventana fue el error que cometí, ahí se convierte todo en una crítica ideológica”.
Pero Rovira continúa ilusionado, sobre todo con lo que tiene que ver con su profesión, como la nueva película que lo volverá a traer a su tierra en el Festival de Cine de Málaga. Dentro de unos días presentará ‘El futuro no es lo que era’, donde comparte pantalla con Carmen Maura.