Cada una de las pocas apariciones de Meghan Markle durante los días posteriores al fallecimiento de la reina Isabel II han acaparado todas las miradas. La duquesa de Sussex recuperaba el que fuese su puesto antes del cisma y se integraba en el seno de la Familia Real como si nada hubiese pasado. Más cercana que nunca y, eso sí, sin soltarse de la mano del príncipe Harry, Meghan presentaba sus respetos a la monarca en su traslado desde Buckingham a Westminster. Su imagen ante el féretro de la reina ha dado la vuelta al mundo. Meghan, una vez más, en el centro de la noticia.